HISTORIAS DE HALLOWEN
1. Jack, el Linterna. Dicen por ahí que el diablo se enteró que en la Tierra había un hombre con el alma negra y decidió que era tiempo de conocerlo, así que se puso el traje de un humano y lo fue a encontrar.
Para comprobar los rumores que giraban alrededor del hombre, el diablo se hizo pasar por su amigo hasta que le confesó su verdadera identidad y le dijo que se lo llevaría a pagar por sus pecados.
Ante la sorpresa, Jack le pidió que como último deseo le concediera más tragos; él aceptó. Llegó la hora de irse y había que pagar, pero ninguno de los dos tenía efectivo, así que Jack retó al diablo para convertirse en moneda y pagar lo que habían consumido. Lo hizo, pero Jack no pagó con él, lo puso en su bolsillo al lado de un crucifijo que cargaba y le advirtió que no lo sacaría a menos de que lo dejara de molestar por un año más.
El tiempo pasó y santanas regresó, pero Jack de nuevo le pidió su última voluntad: conseguir una manzana situada en lo alto de un árbol como última cena; él aceptó y cuando subió al árbol, Jack talló en él una cruz y para dejarlo bajar le pidió que no lo molestara por 10 años más.
Lucifer cumplió, pero ese hombre murió esperándolo, y cuando llegó al cielo no lo dejaron entrar y su segunda opción era el infierno, pero ahí tampoco lo dejaban pasar por el trato que tenía con el dueño de esos lugares. Fue entonces cuando Satanás decidió sentenciarlo a deambular por el mundo con un nabo hueco de carbón ardiendo, como única luz para guiarlo (dicen que de ahí nace la tradición de las calabazas como lámparas).
Se trataba de Jack O´Lantern, dice la leyenda que confirma que en la noche de brujas anda por las calles pidiendo Truco o Trato; todos sugieren que aceptes el trato, sin importar lo que sea, porque el truco sería aceptar una maldición... (Dicen también, que las calabazas con caras horrorosas se utilizaban para espantar a Jack y cualquier ente peligroso).
2. La casa embrujada. En un pequeño y escondido pueblo había una casa abandonada sobre la que se contaban muchas historias. Un día de Halloween, cuatro amigos: Raúl, Fran, Carolina y Lorena, se acercaron para inspeccionar, pero antes de entrar escucharon un grito y decidieron marcharse.
Por la noche, a la hora de pedir caramelos, ellos se seguían preguntando quién podía haber estado en aquél lugar y decidieron acercarse de nuevo. No era aún las 12 de la noche, pero al llegar sintieron un escalofrío; entraron y cuando iban caminando, una muñeca de porcelana cayó en su camino; no pareció espantarles y siguieron el rumbo; encontraron dos sillas frente a una chimenea donde había una vela y una caja de música que de la nada se abrió y empezó a sonar.
Asustados, buscaron la forma de salir, pero unas sombras los alcanzaron y ahí comprendieron todo: como en una película, pudieron ver a una niña de unos once años jugando a la ouija mientras sus papás estaban abajo haciendo caricias a su hermano, un bebé; en lo que pareciera un impulso, ella tomó un hacha y bajó a la sala donde mató a sus padres y hermano.
Los cuatro niños comprendieron que la niña se sentía celosa por el robo de atención y decidió vengarse. Cuando intentaron salir, dicen que la infanta los maldijo, y desde entonces, cada noche de Halloween, Raúl, Fran, Carolina y Lorena visitan esa casa y pasan horas "jugando" con el espíritu.
3. El coleccionista de las historias de Halloween. A Luis le gustaban las historias que tenían referencia al día de los muertos, así que decidió que empezaría a recolectar todas las que conociera y haría un libro llamado Cuentos de Halloween.
La idea la tuvo a los 5 años y la continúo por mucho tiempo, pues cuando tenía 10, ya tenía más de 100 cuentos en su libreta. Al cumplir 15, seguía fascinado con su colección, pero ese año, al acercarse la fecha que más le gustaba, Halloween, algo extraño pasó... Luis desapareció.
Sus padres lo encontraron vestido de zombi sobre su cama y con su libro de relatos. Nadie podía decir lo que le había pasado, sólo murió. Desde entonces, se cuenta que Luis deambula por las calles cada noche de brujas, esperando conseguir más y más historias para su libro. ¿Le quieres contar una?
4. La noche de los santos. En España, celebrando la noche de los Santos, un grupo de amigos decidió acercarse al panteón para llevar flores a sus muertos, pero esa noche se encontraron con la sorpresa de que ya no había nadie en el cementerio. Al parecer ya todos habían regresado a sus hogares, pues pasaban de las 10 de la noche.
A ellos no les importó y siguieron su camino; algunos chicos se sentaron sobre una vaya, mientras dos chicas más se quedaron paradas frente a ellos mirando por completo el cementerio.
Una de las adolescentes pudo ver a una mujer anciana flotando, solo se veía de la cintura para arriba, pero detrás de ella le seguían unas piernas y luego un brazo con bolsas de supermercado y otro brazo llevando la correa de un perro.
Los gritos fueron de inmediatos y lo chicos salieron huyendo del lugar; en el camino se encontraron a otros jóvenes más de la escuela que escucharon lo que vivieron y quienes les confirmaron lo sucedido.
La leyenda cuenta que una mujer anciana cocinaba cuando decidió ir a la tienda, pero olvidó apagar lo que tenía en la estufa, cuando regresó vio que su casa se quemaba y al querer llegar más rápido, fue atropellada y partida en dos... ¿Era ella?
5. La masacre. Era noche de Halloween y había que celebrar, así que un grupo de jóvenes estudiantes decidieron reunirse en casa de uno de ellos, pues sus padres no estaban y era el lugar perfecto para una fiesta privada.
La noche llegó y era hora de los juegos; siendo una fecha especial, uno de los adolescentes sacó una tabla de ouija. En esa casa estaban Claire, April, Curtis, Dominic y Anouk; quienes se juntaron en círculo para iniciar el juego, cuando alguien insinuó que se necesitaba una especie de médiumque se encargara de dirigir el tablero y todos eligieron a April, la chica más tímida, conservadora y miedosa del grupo.
Ella, para probarse, aceptó y empezó la noche con de los espíritus, pues se conectaron con uno que decía llamarse Ruth; era una chica de 16 años que había muerto asesinada y que les decía que era de la misma ciudad que ellos.
El juego parecía inocente y luego de una larga sesión de preguntas y respuestas, decidieron que era momento de hacer otra cosa. Posteriormente, April subió al baño sola y pudo mirar como una sombre se acercaba a ella, en eso escuchó un grito y vio cómo Curtis, el dueño de la casa, caía frente a ella con un cuchillo clavado en el cuello.
Cuando bajó gritando y llorando, se dio cuenta de que sus amigos habían sido asesinados de manera brutal; trató de salir corriendo, pero los nervios la traicionaron y cayó desmayada.
Poco después, la policía, alertada por los vecinos, llegó y encontró a la joven bañada en sangre. ¿Qué pasó? Un video en la casa de Curtis reveló todo: April mató fríamente a sus compañeros y fue encarcelada por homicidio, pero siempre lo negó. La gente dice que no fue April, sino Ruth, quien entró en el cuerpo de la joven para acabar con todos por simple gusto.
6. La bruja. Rodrigo era un hombre joven y con la vida resuelta; a sus 27 años era millonario y vivía solo, porque sus padres murieron y lo dejaron bien acomodado. Era arrogante y prepotente y no trabajaba; una noche de brujas iba por la calle cuando vio que con motivo de Halloween, había un mercado donde sobresalía la carpa de una mujer que decía era una bruja.
Él no creía en brujas, pero decidió que era buen momento para comprobar que todo era una farsa. Cuando llegó se encontró en una carpa oscura donde unas velas alumbraban una mesa donde se encontraba una anciana que lo invitó a sentarse. A Rodrigo le pareció una mujer repugnante y cuando ella le preguntó: ¿Qué es lo que quieres saber? Sólo le contestó: "Vengo a ver cómo te equivocas".
La bruja respiró y le supo decir quién era él, pero sin olvidar recordarle que siempre pasaba por encima de todo y todos, sin importarle nada; y sin decirle que nadie se burlaba de ella, por lo que al día siguiente viviría el día de muertos en carne propia.
Rodrigo se marchó asustado y ni siquiera le pagó a la mujer aquella de nombra Mandrágora; se resistía a creer en lo que le había dicho, pero no podía evitar sentir miedo, así que empezó a ingeniar una idea para no morir en esa noche de brujas.
Rodrigo se marchó asustado y ni siquiera le pagó a la mujer aquella de nombra Mandrágora; se resistía a creer en lo que le había dicho, pero no podía evitar sentir miedo, así que empezó a ingeniar una idea para no morir en esa noche de brujas.
El joven regresó a su casa y se juró a sí mismo que no moriría por un accidente y que probaría a la mujer estar equivocada. Ordenó a sus sirvientes que quitaran todo lo que pudiera ser peligroso en la casa; cerró el paso del gas, el agua, se quitaron lámparas y objetos de vidrio; sintió que solo estaría más seguro, así que ordenó a todos marcharse y pidió al mayordomo amarrarlo a la cama para que no pudiera pararse y sufrir algún accidente; su empleado lo hizo.
Llegada la noche y pensando en que ya había salvado su vida, pues sólo faltaba un minuto para que la noche del 31 de octubre terminara, Rodrigo fue testigo de cómo del enchufe de la pared salían grandes chispas, ¡había olvidado cortar la luz! Desesperado pedía ayuda, pero no podía desatarse, el fuego se acercaba y él sólo lograba escuchar la risa burlona de una mujer que parecía venir desde el mismo infierno.
7. La venganza. Una joven adolescente vivía con su madre y su medio hermano en un pequeño pueblo; llegaron ahí porque su madre padecía de pánico y cada que veía mucha gente tenía un ataque de ansiedad.
A ella no le iba tan mal, pues ya había hecho amigos en la escuela. Llegó la noche del Halloween y por votación decidieron que el festejo fuera en casa de la chica; con dudas, ella aceptó.
En la fiesta, decidieron jugar a ouija y todo parecía salir bien, porque inmediatamente contactaron a un espíritu que les hablaba. Estaban atentos al juego cuando se escucharon gritos en la parte de arriba de la casa.
La adolescente no sabía qué era lo que estaba sucediendo, porque nunca antes habían pasado cosas sobrenaturales en su hogar, así que trató de mantener la calma y la de sus compañeros también, aunque ellos empezaron a desesperarse.
Después de unos minutos, cuando todo parecía calmarse, uno de los amigos comenzó a hablar en un extraño idioma que nadie entendía, así que el pánico inició de nuevo.
En ese momento la ouija comenzó a moverse por sí misma y formó la frase: "Fue un gran error". El tablero se movía de manera constante y en eso la adolescente vio algo que no pudo creer: a su padre.
Se dio cuenta que él era quien estaba asustando a la gente. Subió a buscar a su madre, pero la encontró muerta y con su hermano, también.
¿Por qué los mató? La chica halló el diario de su madre y en él pudo leer que su progenitora lo asesinó tanto a él como al padre de su medio hermano. El juró venganza y la cumplió.
8. Alejandrito. En un día de muertos, como tradición, un joven y su madre fueron al panteón a ofrecer comida a sus seres queridos ya fallecidos. La costumbre marcaba que esa noche dormirían en el cementerio, esperando la visita de los seres amados.
En 1995, un niño de 13 años y su madre se encontraban en un panteón de México, cuando ella se quedó dormida. El menor, sin sueño y aburrido, permaneció sentado sobre una tumba, cuando sintió que una mano le tocaba el hombro.
Asustado, volteó y se dio cuenta de que se trataba de otro niño que le decía: "Soy Alejandrito Chávez, ¿quieres jugar?". Se veía amable, así que aceptó.
Con una lámpara y una bolsa llena de canicas empezaron a jugar; de repente, Alejandrito le dijo al otro niño: "Tu mamá te ama mucho, tienes suerte, yo siempre extraño a la mía." - ¿Con quién vienes?, le preguntó. Y respondió que con sus abuelos. Todo parecía ir bien; siguieron jugando hasta que el sueño los venció.
A la mañana siguiente, cuando estaban sirviendo la comida, en el mismo panteón, el adolescente se topó con una tumba que decía: "Aquí yace mi querido hijo Alejandro Chávez".
La impresión era grande. Más tarde, cuando una mujer se acercó a esa tumba, él no pudo resistirse y preguntó por el aspecto del niño, que según su lápida, había muerto a los 9 años; ella le describió al infante... Era el mismo con el que había jugado durante la noche.
9. La pérdida de un amigo. Héctor y Raúl eran buenos compañeros de clase, así que Héctor decidió invitar a su amigo al pueblo de donde era originario; ahí, la celebración de Haloween era todo un suceso importante, así que Raúl aceptó.
Llegaron al lugar, se la estaban pasando bien cuando se encontraron a un hombre, a quien creía estaba borracho, quien les contó que muchos años atrás, en un día como ese, había perdido a su mejor amigo. Lo habían encontrado muerto y con una calabaza en la cabeza.
Los chicos rieron y no pusieron atención a la historia, porque creían que sólo se trataba de un cuento, pero esa misma noche sucedería todo lo contrario.
Héctor y Raúl paseaban con Mariana, la hermana de Héctor, quien se estaba llevando de maravilla con el amigo de su hermano. Estaban en el centro del pueblo, donde se reunían la mayaría de las personas.
En el camino, Raúl había visto a un hombre en el bosque todo lleno de sangre, pero se imaginó que era alguien con un disfraz.
Más tarde, Héctor dijo que se sentía cansado y regresaría a casa. Nunca más lo volvieron a ver. Raúl y Mariana, junto con los padres de ella, buscaron incansablemente a Héctor, pero nunca lo pudieron encontrar, sólo hallaron sangre, papeles con señales extrañas y lo que parecían los restos de una calabaza, en el bosque. ¿Qué pasó? Aún sigue siendo un misterio.
10. La niña. Una pequeña llamada Raquel salió de la escuela y se dirigió a su casa, pero esta vez tomó una ruta nueva. En el camino se encontró con una niña que lloraba y se acercó para ver qué pasaba; la niña le señaló una casa y le explicó que su gato se había metido ahí y que tenía miedo de irlo a buscar.
Raquel, inmediatamente, decidió ayudar a la menor y se dirigió a la casa; cuando llegó se encontró con la puerta abierta y el inmueble solo; así que decidió entrar y miró al gato huir por las escaleras. Lo siguió y cuando creía que lo atraparía éste se metió a un cuarto.
Raquel lo siguió y se encontró en la habitación de una niña; había paredes forradas de color rosa y muchas muñecas que parecían mirarla. Raquel no se sorprendió ni al ver que esa habitación parecía en perfecto estado cuando toda la casa lucía deteriorada.
Acto seguido, se topó con la foto de la niña que le había pedido ayuda. En la imagen parecía estar con su padre. Raquel se asustó, por lo que decidió salir corriendo sin el gato. Sin más ni más, la niña del bosque se apareció en la habitación, estaba ensangrentada y gritaba: ¡Ellos me mataron y lo harán contigo!
Raquel salió huyendo, pero al día siguiente fue hallada muerta de la misma manera que aquella infanta. Dicen que aún sigue pidiendo que le devuelvan a su gato.
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