Oraciones, relaciones y coplas infantiles
L'ignorance manque de foi.
(A la ignorancia le falta la fe.)
Los hombres disipados y groseramente corrompidos se hallan menos apartados del reino de Dios que los filósofos soberbios y cuestionadores.Legns.- (Examen del Cristianismo).
La revelación ha sido dada para los sencillos de espíritu y de corazón, que creen porque «sienten» y no porque «saben».Carlos Nodier.
Ce sont les choses simples qui émeuvent le plus les coeurs profonds, et les esprits intélligents.Alexandre Dumas. (Las cosas sencillas son las que más conmueven a los corazones profundos y a los entendimientos inteligentes).
Máximas que repetía un excelente padre a sus hijos
Busca a Dios en todas las cosas.
Los ojos en el cielo (al acostarte).
Aprende la mortificación, ahora que eres inocente.
No seas curioso sino para ser caritativo.
No disputes ni contigo mismo.
Huye de la distracción como de un grande enemigo.
Ociosidad... ni para descansar.
Busca los amigos entre los de tu estado.
Levántate temprano y tendrás buen humor.
El primer pensamiento para Dios (al levantarte).
Aprende a comer lo que no te gusta, y no busques con afán lo que te gusta.
Deja al mundo detrás de la puerta (al entrar en la iglesia).
Las revoluciones son la cobertura de la impiedad.
Todo lo que te sobra es de los pobres.
Piensa que todo lo que tienes de malo es tuyo, y lo que tienes de bueno, es de Dios.
No maltrates a los animales, que no pueden pedir consuelo para los que sufren.
No digas jamás haré, sino hago; ni iré, sino «voy».
No observes las faltas del prójimo, sino de sus buenas obras.
No mires lo que has andado, sino lo que te falta que andar.
No mires a los que están más alto, sino a los que están más abajo.
En verano piensa en los herreros, y en invierno, en los que recogen la nieve.
No quieras nada, y lo tendrás todo.
No dispongas del día de mañana.
La cera se derrite, y cada gota ¡quién sabe lo que vale! (Cuando tardaba en vestirse para ir al templo).
Aprovechar el tiempo, que vale el cielo.
Oraciones y relaciones infantiles
La más corta y primitiva es la que en Valencia enseñan las madres a sus niños al levantarlos por la mañana de su cama, y llevándolos medio desnudos y aún medio dormidos, y arrodillándolos ante una imagen de la Señora del Amparo, y haciéndoles balbucear estas palabras:
Bendita sea la luz del día
y el Señor, que nos la envía;
tenga usted muy buenos días.
A acostarme voy, sola y sin compaña,
la Virgen María está junto a mi cama;
me dice de quedo: mi niña, reposa,
y no tengas miedo de ninguna cosa.
Al irse a jugar ante una imagen de la Señora
Con vuestra mano bendita,
al pobrecito que no lo tiene.
El ángel del Señor anunció a María.
Aquí está la esclava del Señor en mí según su palabra.
(Se reza otra Ave-María).
El hijo de Dios se hizo hombre, y habitó entre nosotros.
que esta tu esclava te envía.
La primera, por los que están en la agonía.
La segunda, por los que están en pecado mortal.
La tercera, por los que están en la mar o en peligros de la tierra.
Las pongo en las manos vuestras,
para que nos sean perdonados
nuestras culpas y pecados.
Al oír la campanilla que anuncia el viático
En gracia te reciba el alma que te desea.
que en el Purgatorio estáis,
tenga por bien el llevaros
yo por Dios quiero morir,
porque Dios murió por mí.
Antes de haber, cual existen hoy, colegios para las niñas, había «amigas», en las que sólo se enseñaba la doctrina cumplidamente, coser y bordar con perfección, leer y escribir.
Como la enseñanza era sencilla, así lo eran también las arenguitas que en los exámenes (a los que sólo asistían contadas personas) decían las niñas, en las que no brillaba el arte por cierto, sino la más completa sencillez.
Vamos a trasladar aquí algunas, aunque insignificantes, pero graciosas.
Téngase presente que las que hablan son oraderas de cuatro a seis años.
¡Ay! ¡Quién se comiera a un viejo
Como soy tan chiquitita, ya no sé más.
por darle gusto a mi abuela,
y que me digan las gentes,
anda, niña, que eres fea.
que engatusa a más de cuatro.
tengo mi guiñar de ojos (los guiña),
tengo mi sacar de pata (saca el pie).
¿Y esta posturita es buena?
¿Y esta posturita es mala?
Pues más de cuatro quisieran
darme un besito en la cara.
Yo soy doña Ana de Chaves,
murieron en las milicias.
Donde murieron mis padres
manos blancas y ojos negros;
beso a usted las suyas, señor caballero.
la maestra lo ha mandado.
¡Ay! ¡Jesús! Que me ha costado,
¿no se lo dije yo a usted?,
que como soy tan chiquitita,
mi relación también lo es.
que hacen a Dios y al hombre
es prueba de amor muy clara,
¿por qué llegas a afligirte,
Aunque quieras tú dejarla5
¿pues a ayudarte a llevarla
Pues si a todos favorezco
y sus gemidos me inflaman,10
¡cuánto más yo compadezco
a aquellos que a mí me aman!
Si luego que el ser te di,
quise al cielo destinarte,
¿cómo he de dejar de amarte,15
cuando de mí te apartabas,
ya que me buscas y alabas,
¿por qué no he de perdonarte?20
De que estás a mi cuidado
la mayor prueba te he dado,
que fue morir por salvarte
Conversión de San Agustín
según lo afirman diversos,
confuso su entendimiento,
por la disputa de Ambrosio,5
sostenida en aquel tiempo.
y estas palabras diciendo:
«¿Es posible el creer yo,
»es posible creer esto:10
»Tres personas, sólo un Dios,
»Que así lo diga mi madre
»las más se las lleva el viento.
»Pero que lo diga Ambrosio,
»hombre de tanto talento,
»y en gran confusión me ha puesto».20
Estando en estas razones,
vio cerca a un niño muy bello,
agua, con la que llenaba25
un hoyito que había hecho.
«¡Cómo te estás regalando
»y te estás entreteniendo!
»¡Quién fuera como tú eres!
»¡Quién de tu edad y tu tiempo!30
»¡Qué pensamientos me angustian
»y turban mi entendimiento!
»Di, niño, ¿qué hacer pretendes?»
»es, hijo mío, tu empeño.
»Mas te disculpa la edad,
»y no es mucho digas eso.
»Pero, niño, no te canses,
»es el hoyo muy pequeño,40
»las aguas del mar son muchas,
»y no lograrás tu intento».
Entonces respondió el niño:
«Más fácil es encerrarlas
»en aqueste hoyito estrecho,45
»que no de Dios las grandezas
»en humano entendimiento».
«No te vayas, niño bello,
»que me salvas con lo dicho,
»que basta para el discreto».
Había una mujer muy buena y muy devota que tenía un hijo buenísimo, pero tan simple y falto de memoria, que nunca había podido aprender sino esta oración:
que vos sabéis lo que son.
y pues lo veis, traspasado,
Siendo ya casi un hombre, su madre le llevó a confesar; pero examinado que fue por el confesor, este le dijo a la pobre que no podía confesarlo por ignorante y simple.
Madre e hijo se echaron a llorar amargamente al ver al segundo excluido del Santo Sacramento de la Eucaristía.
Mientras el sacerdote se había revestido para decir misa, vio sobre el altar un letrero, que desapareció tan luego que lo hubo leído, y que decía:
Absuelve a ese penitente, cuyo confesor he sido yo cada noche.
Explicada con las piezas de que se compone el arado
de piezas le iré formando,
y de la Pasión de Cristo,
misterios iré explicando.
la que Dios tuvo por cama.
es el clavo que atraviesa
aquellas divinas palmas.10
consideremos, cristianos,
El timón que hace derecho,15
que así lo pide el arado,
que le atravesó el costado.
Las belortas son de hierro,
donde está todo el gobierno;20
donde a Cristo le amarraron,
con que le ataron las manos.
significa el que traspasa
los pies de Nuestro Señor.30
Los collares son las fajas
con que le tienen fajado;
los cencerros los clamores
cuando le están enterrando.
Las toparras que se encuentra35
el gañán cuando va arando,
que dio Cristo hasta el Calvario.
El surco que el gañán lleva
por medio de aquel terreno,40
el que a Cristo le ayudaba
el gañán por aquel suelo,
de aquel Divino Cordero.50
Casados, que tenéis hijos
que para su rey ha habido
y por no perder su oficio.
En un balcón de su casa,5
para que el pueblo le vea
Después de noche tan fiera,
de sangre, y en vez de rayos,
puntas de juncos y espinos.
A las llagas de su cuerpo,
que también lo hicieran rojo15
si fuesen blancos armiños.
Veis aquí, les dice, el hombre
a quien desde el cielo dijo
con su voz el Padre Eterno:
«Este es mi hijo querido,20
»aquí le traigo enmendado».
¡Oh! ¡Qué extraño desatino!
tan bueno y tan infinito.
Quita, quita, le responden25
viejos, mancebos y niños.
Muera, muera, muerte infame,
pues hijo de Dios se hizo.
¡Ay! ¡Jesús! Hijo de Dios,
que este nombre y apellido30
no lo tenéis vos hurtado,
pues sois igual con Dios mismo.
lo que el ángel os ha dicho,
y de Cristo los profetas35
dijeron por tantos siglos.
y le llevasteis a Egipto.40
decid que de Dios es hijo,
que puesto que sois mi madre,
bien valéis para testigo.
todo el bien de vos nos vino,
bienaventurados os llaman
cuantos son, serán y han sido.
Decid vos que es el cordero,
Bautista, aunque sois su primo,50
que quien por verdades muere,
que este es el mismo que vimos
nacer de amor abrasado,55
aunque temblando de frío.
Decid Pedro, Juan y Diego,
que a su padre habéis oído,
que es su hijo, en el Tabor,
si el miedo os deja decirlo.60
Llegad presto, que dan voces
que es Dios sin fin y principio.
¡Ay! Virgen, mirad que quitan65
a un fiero ladrón los grillos,
y a Jesús ponen al cuello
gloria de los ojos míos,70
más quiere el mundo un ladrón
que a Vos, cordero divino.
Mientras le dan la sentencia,
almas con tristes suspiros,
decid a su Eterno Padre75
Señor, aquí está el esclavo,
yo soy de la muerte digno,
pero está cerrado el cielo,
no querrá su padre oíros.80
su muerte, estará ofendido
de que habléis por su inocencia,
siendo el dueño del delito.
Volved a la Virgen Santa,85
que también mata el dolor
donde no llega el cuchillo.
dándole el pecho a su niño,
¿Dime, por qué lloras, niño,5
por qué lloras, alma mía?
-No lloro por los azotes,
que mueren todos los días,10
que el infierno ya esta lleno,
La Virgen se está peinando
los cabellos son de oro,15
¿Cómo no canta la blanca?
¿Cómo no canta la bella?20
-¿Cómo quieres que yo cante,
si me hallo en tierra ajena,
más blanco que una azucena,
me lo están crucificando25
también las otras Marías,
mi norte, guía y estrella.
diga usted, ¿cuál de las dos
Unos dicen que Santa Ana,
Acto de amor compuesto por una monzja
en quien mi amor descansa,
que a honor de fiel esposa...
que cuando más te ultrajan,10
a ser blanco de infamias.
Cuando en la cruz te miro
de tres clavos pendiente,
vertiendo sangre tanta.20
en quien la esposa santa30
quiso imprimir los suyos,
lleno de angustias tantas,
En la cruz con mi Cristo,
mi bien y mi esperanza,50
¡Quién se viese engolfada
Viendo Cristo que su muerte
llamó a su Madre prudente,
se despidió de esta suerte:5
-Quedad con Dios, madre mía,
vuestra bendición espero,
porque ya es llegado el día
que enclavado en un madero,
se cumplan las profecías.10
También de mi padre espero
-Hijo, si te fuese grato,15
-No. Madre; quedad con Dios,
tal sentimiento y dolor.20
Llegó al huerto, hizo oración
por todos los que vivían,
y en santa contemplación,
para nuestra redención.25
un ángel le ha confortado,
que el Padre Eterno le envía.30
en quien se halla todo bien,
entró el pastor celestial.40
el pan bendice, diciendo:
«Este es mi cuerpo», promesa
y gran milagro estupendo,
que al Serafín embelesa.45
para el bien de los cristianos.50
Ya le llevan al Calvario,
al son de ronca trompeta,
le ha leído la sentencia.
La cruz le pone por cama55
El Sol se vistió de luto,
cuando murió el Redentor.
de espinas setenta y dos,
que le traspasan las sienes,65
que a San Juan le preguntó:
«¿Cuál de los tres es mi hijo,
»que no lo conozco yo?»70
Almas puras, ¿qué os detiene
yo no tengo qué llevarle;
que tanto amó la pobreza.
Pues si el mismo Dios la amó,
¿quién de ser pobre se queja?
guiados por una estrella,
que en su vientre estaba,
Refranes y máximas populares
Recogidos en los pueblos de campo
El que por necesidad juega, por necesidad pierde.
Hay muchos tunos de un mismo pelo.
Una mano lava la otra, y las dos la cara.
El que dispone de su caudal antes de su muerte, merece que le den con una porra en la frente.
Trabajo hecho marchante aguarda.
Lo que no se empieza no se acaba.
El vino sobrante es para el ayudante.
Predicar a niños, confesar a monjas y espulgar a perros es tiempo perdido.
A un alevoso, dos traidores.
Lo mismo da morir de moquillo que de garrotillo.
Si por beber no he de ver, adiós luz.
Ni Cristo pasó de la cruz, ni yo paso de aquí.
Los viejos son como los cuernos: duros, huecos y retorcidos.
Donde yeguas hay potros nacen.
Debajo de ceniza están las ascuas.
La peseta, la vela y el entierro, por donde quiera.
A la pesca y a la caza, cachaza.
En cama de galgos no busques mendrugos.
¡Qué buen pueblo de pesca si tuviera río!
No es zorra, ni lobo, ni anda el camino, pero bebe buen vino.
No hay mejor andar que no parar.
En un cortijo grande, el que es tonto se muere de hambre.
En el cortijo que no hay chiquichanca ni casero, el último lava el caldero.
Mientras descansas, machaca granzas.
Ese es maestro de todas las ciencias y oficial de cosa ninguna.
Después de vendimias, cuévanos.
Al zorro durmiente nunca le canta grillo en el vientre.
Tú, que no sabes, me das lecciones.
Al paño, con el palo, y a la seda con la mano.
Sin espuela y freno no hay caballo bueno.
Sácame de hora y no me saques de paso.
Se aplicó la vieja a los berros, y no dijo verdes ni secos.
Asno de muchos, lobos se lo comen.
Aunque no bebo en la taberna, huélgome en ella.
Aunque callo, piedras apaño.
Quien es ruin en su villa, también lo será en Sevilla.
Una cautela con otra se quiebra.
Becerrita mansa, que de todas vacas mama.
Buena vida, padre y madre olvida.
Cántaro que muchas veces va a la fuente, deja el asa o la frente.
Derrama la harina y recoge la ceniza.
El campo fértil, si no descansa se hace estéril.
El mentir quiere memoria.
El que ha de morir a oscuras, aunque tenga el padre cerero.
En casa del tamborilero todos son danzantes.
Eso quiere la mona, piñoncitos mondados.
Estos cuidados no matan al rey.
Júntate con buenos, y serás uno de ellos.
La cabra de mi vecina da más leche que la mía.
La muerte no perdona ni al Rey, ni al Papa, ni al que no tiene capa.
La verdad adelgaza, pero no quiebra.
Lo bien ganado se lo lleva el diablo, y lo mal ganado, a ello y a su amo.
Los dedos de la mano no son iguales.
Más vale acostarse sin cenar que amanecer con deudas.
Paga lo que debes y sanarás del mal que tienes.
Mucho vale y poco cuesta, a mal hablar buena respuesta.
No es bueno para silla ni para albarda.
No extiendas la pierna más de lo que alcanza la manta.
No lo quiero, no lo quiero, pero échamelo en el sombrero.
Púsose a santiguar y se sacó un ojo.
Un solo golpe no derriba un roble.
Por tomar autos y dar traslados a ninguno han ahorcado.
Al que bueyes ha perdido, cencerros se le antojan.
Quien tiene dinero pinta panderos.
Quien recibe a dar se obliga.
Quien traza el mal, lo padece.
Riña por San Juan, paz para todo el año.
La pereza es llave de la pobreza.
Si el que bien sirve no medra, el que mal sirve ¿qué espera?
Si quieres holgura, sufre amargura.
Quien no sabe de mal no sabe de bien.
Si te da el pobre, es porque más tome.
Trasnochar y madrugar no caben en un costal.
Súfrase quien penas tiene, que tiempo tras tiempo viene.
Tiempo ni hora no se atan con soga.
Unos levantan la caza y otros la matan.
Siembra gratitud y recogerás desengaños.
Ni enfermo que siga así, así, ni guardar dinero en zaquizamí.
El burro que más trabaja, más pronto rompe el aparejo.
Ni volver de noche esquina, ni meterte en lo que hace la vecina.
No compres casa en esquina, ni cases con mujer que no entre en la cocina.
En muriendo el arriero se sabrá de quién es la recua.
Para destetar al potro, matar la yegua.
Si quieres saber quién es el chiquichanca, derrama el agua.
No hay mejor menguante que el hacha por delante.
Ni mujer, aunque mala, que no rece, ni saludar a pobre que enriquece.
Ni faltar al que te presta, ni subir corriendo escala o cuesta.
Ni a hombre que hablando mire al techo, ni en posada alguna usar el lecho.
Ni vestirse de prestado, ni tratar con moza de soldado.
Ni bajar corriendo la escalera, ni casarse con hija de mesonera.
Pan y queso, mesa puesta es.
Perdonar al malo es decirle que lo sea.
Para su mal supo la hormiga volar.
Por huir del humo dio en las brasas.
Puercos con frío y hombres con vino hacen gran ruido.
Cual es el varón, tal la oración.
Cual más, cual menos, toda la llana es pelos.
Cuando el dinero habla todos callan.
Cuando no aprovecha la fuerza, sirva la maña.
Quien abrojos siembra, espinas coge.
Cuando truena, llover quiere.
Quien come y deja, dos veces pone la mesa.
Donde grandes ollas quiebran, buenos cascos quedan.
Dime de lo que presumes, y te diré de lo que careces.
Dando gracias por agravios negocian los hombres sabios.
Para fiestas iba la zorra, y llevaba el jopo ardiendo.
El que mal come, a la cara le sale.
Beneficios a corporaciones, sufragios por condenados.
Guarda que comer y no qué hacer.
No eches pan a perro que se le cae la cola.
Al freír será el reír, y al pagar será el llorar.
Si quieres vivir en paz, ni prestes dinero ni interés en hermandad.
El que se mete debajo de la hoja, dos veces se moja.
Caracoles, higos y brevas, agua no bebas.
El que se come el queso y se bebe la leche, que le busque el pasto a las ovejas.
Deja el vicio por un mes, y él te dejará por tres.
El que nada desea, todo le sobra.
El que mucho teme, algo debe.
Ninguno que beba vino le llame borracho a otro.
Enero caliente, al diablo lleva en el vientre.
En febrero busca la sombra el perro, y en marzo, el perro y su amo.
El que tiene y da no está obligado a más.
El que da lo que ha menester, el diablo se ríe de él.
Amistad de yerno, sol de invierno.
El tío de la zamarra parece que se cae, pero se agarra.
Por los pies del difunto se sacan las albarcas.
Satisfacción sin tiempo, sospecha al canto.
A junta de rabanades, oveja muerta.
No por miedo de gorriones se deja de sembrar cañamones.
De tejas abajo, cada uno come de su trabajo.
El diablo, harto de carne, se metió a fraile.
El rosario en la mano y el diablo en la faldriquera.
No adoptes hijos que no has tenido ni mujer de otro marido.
Después de mujer maldita, hábito de Santa Rita.
No esta el horno para pasteles.
No hay más yesca que la que arde.
Vanidad y pobreza, todo en una pieza.
No puede con la fe de bautismo en palpeles.
A quien Dios se lo da, San Pedro se lo bendiga.
El que desea mal a su vecino, el suyo viene de camino.
Gato con guante no caza ratón.
Arriero que cambia la bota, o sabe a la pez o está rota.
En casa del regente, la mujer tengas por pariente.
Cuando la carreta se quiebra en el llano, de atrás le viene el daño.
Buena gente tiene el conde si no se esconde.
Caída soñada, sangría dada.
No te arrimes a señor ni a baranda de corredor.
De la viña del vecino sabe mejor el racimo.
El que crea un caudal no lo suele gastar.
Mesa puesta, cuestión resuelta.
Lo que hace la zorra en un año lo paga en una hora.
Si cuando chico come grano, ¿qué será cuando marrano?
Para ser pobre no se necesita empeño.
Ave que vuela, a la cazuela.
Que convenga, que no convenga, Dios quiere que todos tengan.
Cuando el sargento juega a los dados, ¿qué harán los soldados?
Chanzas, cuantas quieras; pero no llegar a las alforjas, que se desmigaja el pan.
La yesca de Triana, arde cuando le da la gana.
Más vale mal afeitado, que bien desollado.
Quien no coge la gotera, ha de hacer la casa entera.
No quiero morir de cornada de burro ni de patada de gorrión.
Tarde le viene la salud al enfermo.
Más vale dejar en muerte a un pillo un duro, que pedir en vida una peseta a un hombre de bien.
No es lo mismo decir moros vienen, que cátalos ahí.
Andar por las ramas sin irse al tronco.
Dure lo que dure como cuchara de pan.
De mis puntadas te reirás, pero de mi dinero comerás.
Dale alpiste al canario y verás cómo canta.
Dos pájaros en una espiga, hacen mala liga.
Al buen Diez, meterlo en casa.
De esto que nada nos cuesta, llenemos la cesta.
El buen paño, en el arca se vende.
El papel escrito no tiene empacho.
Lo que no se empieza, no se acaba.
Mal juzga del arte el que en él no tiene parte.
Quien a su enemigo popa, a sus manos muere.
Quien bien está, no se mueva.
El que tiene cuatro y gasta cinco, no ha menester bolsillo.
El que va a casar fuera de su lugar, o va engañado o va a engañar.
Quien huye del trabajo, huye del descanso.
Quien no habla, Dios no le oye.
Quien mucho duerme, poco medra.
Ya se murió el borrico y quien lo arrea.
Quien no tiene suegra ni cuñado, es bien casado.
Quien pronto se determina, pronto se arrepiente.
Quien promete, en deuda se mete.
Quien pueda ser libre, no se cautive.
El que no quiere cuando puede, cuando quiere no puede.
Quien sólo come su gallo, sólo ensilla su caballo.
Quien tiene bien comenzado, tiene mucho acabado.
Rábanos y queso, tienen la corte en peso.
Reniego de la viña que vuelve hacerse majuelo.
Reniego de la uva que en agraz madura.
Reniego de cuentas con parientes y deudos ausentes.
Reprender a viejos y espulgar vellón, dos necedades son.
Reprende vicios ajenos quien está lleno de ellos.
Rey y enamorado mal se compadecen.
Ruego de Rey, mandato es.
Salió del lodo y cayó en el arroyo.
Salamanca a unos sana y a otros manca.
San Miguel de las uvas, vienes tarde y poco duras.
Siempre prometes en duda, pues a dar nadie te ayuda.
Si quieres aprender a orar, entra en la mar.
Si quieres bien casar, casa con tu igual.
Si quieres buen consejo, pídeselo a hombre viejo.
Si quieres ser pobre sin sentir, lleva obreros y échate a dormir.
Si quieres tener buena fama, no te halle el sol en la cama.
Si las píldoras bien supieran, no las doraran por fuera.
Si quieres tener enemigos, presta dinero.
Tantas veces da la gota en la piedra, que hace mella en ella.
Todo se acaba menos el amor a Dios.
Amor y más amor, sólo a Dios Nuestro Señor.
Va el Rey donde puede y no donde quiere.
Venid piando y volveréis cantando.
Vístase a un palo y parecerá algo.
Una res mala a todo el rebaño daña.
Zorrilla que mucho tarda, caza aguarda.
Zamarra mala, dentro la lana, y zamarra buena, la lana por fuera.
Zumba con el desigual en casa y zumbará contigo en la plaza.
En la casa de razón sale primero el mayor.
Cosa de huerta no entra en cuenta.
De mala cepa, nunca buen sarmiento.
En ahogándose el niño, se ciega el pozo.
Al cazador, leña, y al leñador, caza.
Si la víbora viera y el liso oyera, no hubiera hombre que al campo saliera.
A buena voluntad nunca falta facultad.
A buen criado no le falta amo.
Cosa mal guardada de ladrones, bien robada.
Al que ha de dar no le bastan cien ojos.
Y al que ha de recibir le bastan dos.
El agua lejana no apaga fuego vecino.
Al humo, al agua y al fuego, se le hace lugar luego, luego.
Hay quien padece por necesidad; pero el rico avaro, por voluntad.
A un ciego mal puede enseñársele el camino.
A hombre gordo, camisa larga.
Al amigo de tu vino, no le quieras por vecino.
Quien asno nace, asno muere.
Quien bien cena, bien duerme.
Quien juega de burlas, pierde de veras.
El que limpia su caballo, no es lacayo.
Al que no quiere caldo, darle taza y media.
A largo camino, se conoce el hombre.
Bando de pueblo dura un día.
Quien canta en viernes, llora en domingo.
El que compra a un magistrado, es fuerza que venda a la justicia.
El que cuenta sin Dios no sabe de cuentas.
A buen hambre no es menester salsas.
El buen trigo hace el pan bueno.
Cabeza grande, cerebro flaco.
Canta la rana que no tiene ni pelo ni lana.
Vino hace sangre, y el pan mantiene.
El que a la guerra muchas veces va, deja la piel o la dejará.
Un diablo caza a otro y Satanás a todos.
Un buen consejo no se puede pagar.
Un barbero hace la barba a otro.
Un buen huir salva la vida.
Una onza de favor vale más que una libra de justicia.
Lo poco espanta y lo mucho amansa.
Más vale buena fama que cama dorada.
Adonde te quieren mucho no entres a menudo.
Ese se parece al perro de la Meca, que antes que le den se queja.
Cuando el lobo da en la dula, guay del que no tiene más que una.
Gobierna tu boca según tu bolsa.
Lo mismo es a cuestas que a hombros.
Sanan llagas y no malas palabras.
No hay caballo, por bueno que sea, que no tropiece.
Eso sucederá en la semana que no traiga viernes.
Al hierro caliente, batir de repente.
Buen abogado, mal vecino.
Si cantas al asno te responderá a coces.
No es tan pronta la cura como la herida.
Una pared blanca sirve al loco de carta.
Los locos hacen banquetes para los cuerdos.
Manos generosas, manos poderosas.
Nuevos Reyes, nuevas leyes.
Ni ausente sin culpa, ni presente sin disculpa.
No llevarán al asno al agua si no tiene gana.
Quien caminando lleva prisa, en camino llano tropieza.
La desconfianza aparta el engaño.
Más vale la salsa que los caracoles.
El lobo y la vulpeja son de una conseja.
Meter aguja y sacar reja.
Arco siempre armado, o flojo, o quebrado.
Achaques en viernes por comer de carne.
Malhechores y encubridores pagan por igual.
A la res vieja, aliviarle la reja.
Al malo por rigor y al bueno por amor.
Al que yerra perdonarle una vez, mas no después.
A mula vieja, cabeza nueva.
A pan duro, diente agudo.
Quien es de vida, el agua le es medicina.
A quien mucho tememos, mucho queremos.
A quien no le sobra el pan, no críe can.
Ayer vaquero y hoy caballero.
Barba a barba honra se cata.
El que a tu casa no va, de su casa te echa.
Bien baila el que la fortuna le hace el son.
Bien se huelga el lobo con la piel de la oveja.
Boca de hiel, corazón de hiel.
La buena mano del rocín hace caballo, y la mano ruin del caballo hace rocín.
Buen corazón quebranta mal aventura.
Buenas son mangas después de Pascuas.
Bueno es un pan con un pedazo.
Cada cuba huele al vino que tiene.
Cada carnero por un pie se cuelga.
Todos los días olla amarga el caldo.
Cada gallo canta en su muladar.
Eso es cantar mal y por fino.
Comida de hidalgos poca y manteles blancos.
Con pequeña brasa se quema una casa.
Dais por Dios al que tiene más que vos.
Desde la copa hay peligro hasta la boca.
De mañana en mañana pierde el carnero la lana.
Dios me dé contienda con quien me entienda.
Donde hay fuerza derecho se pierde.
Donde se piensa que hay tocino, no hay estacas.
Dulce es la guerra para el que no va a ella.
El bien aviva y el mal amortigua.
El tonto si es callado, por sesudo es reputado.
El hisopo del herrero, cuándo en el agua, cuándo en el fuego.
E que no duda no sabe cosa alguna.
El trigo y la mujer, al candil, parecen bien.
En casa de mujer rica, ella manda y ella grita.
Entre prometer y dar, tu hija has de casar.
Estorninos y pardales, todos quieren ser iguales.
Se fue el pájaro, y se quedó con las plumas.
La vanagloria florece, más no engrandece.
Ebro traidor, naces en Castilla y riegas a Aragón.
Hidalgo como el Rey, dinero no tanto.
Honra al bueno para que te honre y al malo para que no te deshonre.
Mujer hermosa, loca o presuntuosa.
La mujer y la gallina por andar se pierden aína.
La zorra no se anda a grillos.
Libre es la cabra del arado.
Lo que se aprende en la cima siempre dura.
Mal ajeno no cura mi dolor.
Más vale comprar que rogar a ruines.
Más vale amigo en plaza que dinero en casa.
Más vale vergüenza en cara que mancha en el corazón.
Mayor mal es el que se descubre que el que se cubre.
Mozo vergonzoso, el diablo lo lleva a palacio.
El Alfonso y vos Alfonso, ¿cuánto va de Alfonso a Alfonso?
Mucho prometer es señal de poco dar.
Mujer que habla latín, rara vez tiene buen fin.
No hay mejor cirujano que el acuchillado.
No con quien naces, sino con quien paces.
No sabe gobernar el que a todos quiere contentar.
Nunca de cuervo buen huevo.
Al que no tiene, el Rey le hace libre.
Quien viejo engorda, dos mocedades goza.
Son como las ovejas de San Pedro, que pagan unas por otras.
Donde pasaste tu mocedad, no lo dejes por mejorar.
Al que se convida le quitan la vida, y al que es haragán lo dejan descansar.
A la tórtola y al moral no los engaña el temporal.
Guarnición y crin dan venta al rocín.
El que quiera saber mentiras en él.
Ayúdate tú y Dios te ayudará.
Si vas a Beas pon tu capa donde la veas.
La mujer y la gata es de quien las trata.
Mi casa y mi hogar cien ducados valen.
Ese sabe lo que todo el mundo ignora e ignora lo que todo el mundo sabe.
Las faltas de los médicos las tapa la tierra.
El que en la juventud come sardinas, en la vejez le salen las espinas.
Nadie toca el tambor sino el que lo tiene.
No vive el leal más que lo que quiere el traidor.
Más vale camino largo que trocha corta.
Eso es como las plantillas de Guillenserren, que si no hacen mal no hacen bien.
Según es el penitente es menester absolverlo.
Ese médico es como el hijo del doctor Galeno, que al que no estaba malo lo ponía bueno.
La miel está buena, pero amarga la cera.
Como es el paño se compran los botones.
Según es el mesón, así son los huéspedes.
A tu gusto burro, y llevaba la carga a palos.
Esa mosca no aguarda el Rey que se la quite otro.
Encargos sin dinero, descanso de mi rocín.
El que quiera higos de Lepe, que trepe.
Lo que es del agua, el agua se lo lleva.
Un hoy, vale más que dos mañanas.
Desde que tengo ovejas, todos me dan los buenos días.
El que quiera ponerse rico con su carreta, que la guíe él mismo.
A cocina grasa, testamento magro.
Tanto cuesta mantener un vicio como criar dos hijos.
Las trampas llevan la mentira a cuestas.
Nunca es larga la Cuaresma para el que tiene que pagar en Pascua.
Una palabra deja caer una casa.
Se espera como agua en Mayo.
El que siembra poco, no puede esperar gran cosecha.
Más vale saliva de veterano que betún de quinto.
Los enemigos del hombre son tres: espuerta, alcuza y mujer.
El que no sirve para San Miguel, sirve para diablo a sus pies.
En casa de señorío no hagas nido.
Eso es como la lluvia, que por donde pasa moja.
Lodos en mayo, espigas en agosto.
En mayo frío ensancha tu silo.
En el mes de mayo deja la mosca al buey y toma al asno.
En el mes de mayo el mastín es galgo.
Agua por mayo, pan para todo el año.
Agua de mayo mata cochino de un año.
La mejor cepa en mayo me la echa.
Por Santa Cruz toda viña reluz (reluce).
Por San Urbano, el trigo ha hecho el grano.
Guarda pan para mayo y leña para abril.
En junio hoz en puño para lo seco, más no lo maduro.
El heno corto o largo, por junio ha de estar segado.
Cebada granada, a los ocho días segada.
Pocas veces escardar, pocas espigas al segar.
Ajo, ¿por que no fuistes bueno? Porque no me halló San Martín puesto.
Bendígate julio, pues mayo no pudo.
Desde San Bernabé, al centeno se le corta el pie.
El día de San Bernabé dijo el Sol aquí estaré.
Por la Magdalena recoge tu higuera.
Arada de agosto a la estercada da en rostro.
Agosto y vendimia no es cada día y sí cada año.
En agosto trilla el perezoso.
Por Santa María ves a ver a tu viña, cuál la hallares tal la vendimia.
Por Santa María de agosto repasta la vaca un poco.
Por la de septiembre, aunque al vaquero le pese.
La primera lluvia de agosto apresura el mosto.
Por agua del cielo no dejes tu riego.
Por San Gil nogueras concluir.
Mes que entra con abad y sale con fraile, guárdale el aire (septiembre).
Septiembre, o lleva los puentes o seca las fuentes.
La viña donde se hiele, y la tierra donde se riegue.
Vendimia en enjuto cogerás vino puro.
Ni viña en bajo, ni trigo en cascajo.
Por San Mateo vendimian cuerdos y sandíos (sandios).
Agua por San Mateo, puercas vendimias y gordos borregos.
Por San Urbán vendimia tu nogal.
Por septiembre las gallinas vende, y por Navidad, vuélvelas a comprar.
En octubre podarás, mas la encina dejarás.
Por San Vicente toda el agua es simiente.
Por San Vicente abra la mano la simiente.
Cávame en polvo y víname en lodo, darte he vino hermoso.
Cávame que llore encavado, y bíname que cierna embinado.
Por San Lucas, azafrán a pellucas.
Por San Lucas mata tu puerco y tapa tus cubas.
Refranes agrícolas y observaciones meteorológicas
Saben bien los labradores los días en que la Iglesia rinde especial culto a los Santos, y de estos días se valen para fijar las épocas en que se deben practicar las faenas del campo; ¡hasta agricultor es en España el catolicismo!
Un labrador en pie es más que un grande arrodillado.
Enero mojado, bueno para el tiempo y malo para el ganado.
Enero y febrero comen más que Madrid y Toledo.
En enero, ni galgo liebrero ni halcón perdiguero.
De flor de enero nadie hinche el granero.
Pollo de enero, pluma o dinero.
(O se mueren o se venden caros.)
El mes de enero es como buen caballero.
Enero de muchos hielos, febrero de muchas hebras, marzo de molinas (aguas menudas), abril lluvioso y mayo ventoso, hacen el año florido y hermoso.
En febrero, un rato al sol, y otro...
Cuando llueve por febrero, todo el año ha tempero.
Cuando no llueve en febrero, no hay buen prado ni buen centeno.
Febrerillo el loco no pasó de veintiocho; sacó su padre al sol y después lo apaleó.
San Matías iguala las noches con los días.
Año de heladas, año de parvas.
Año de neblinas, año de hacinas.
Año de brevas, nunca lo veas.
Año de landres (bellotas), año de landres.
Año lluvioso, échate de codos.
En año bueno, el grano es heno, y en año malo, la paja es grano.
En menguante de enero corta tu madero.
Cuando por la Candelaria plora, frío fora.
En febrero mete tu obrero; pan te comerá, más buena obra te hará.
Por San Pablo riqueza en campo.
Tardes de marzo recoge tu ganado.
Boñiga de marzo, tira manchas cuatro, y boñiga de abril, tira manchas mil.
Paja y hierba para marzo la siega.
Sol de marzo hiere con mazo.
A quince de marzo da el sol en la sombría y canta la golondrina.
Niebla de marzo, agua en la mano.
Nieblas en alto, aguas en bajo.
En marzo poda el ricacho y en abril el ruin.
Cuando mayo marsea, mayo marsea.
Quien ara en abril, su madre no lo había de parir, y quien ara en mayo, ni parirlo ni criarlo.
Abril y mayo son la llave del año.
Entre abril y mayo, las harinas para todo el año.
En abril aguas mil, y en mayo tres o cuatro, y estas con recaudo.
En abril cada gota vale por mil.
Altas o bajas, en abril sean las Pascuas.
Enjambre de abril para mí, el de mayo para mi hermano.
Frío de abril a las peñas vaya a herir.
Al principio y al fin abril suele ser ruin.
Del garbanzo te sé contar, que por abril ni ha de estar nacido ni por sembrar.
Por San Marcos bogas a sacos.
Mayo hortelano, mucha paja y poco grano.
Aún no es vino, y ya es vinagre.
Grano de trigo no hace granero, pero ayuda a su compañero.
¿Dónde irá el buey que no are?
Hijos y pollos todos son pocos.
Quien en mayo se moja en mayo se seca.
Loca oveja la que al lobo se confiesa.
Cualesquier sementera tiene un día de sarpa.
Huerta sin agua, casa sin tejado, mujer sin amor y marido descuidado, son cuatro cosas que lleva el diablo.
y vivirás con sosiego entre las gentes.
Locuciones populares andaluzas
¿Viejas las cosas de Dios? Dios nace cada hora.
Dios está siempre en el mismo lugar.
Dios ni come, ni bebe, pero juzga lo que ve.
Está más alto que el «Inri».
Eso no lo arranca ni las tenazas de Nicodemo.
Sólo en el corazón de María Santísima cupo mayor dolor.
¿Cómo se llama? El dulce nombre (María).
Está mala, pero antes de morir se la llevan los ángeles al cielo.
Eso es mucho papel y poco tabaco.
Así paga el diablo a quien le sirve.
Quien no tiene calentura, no necesita médico.
Estaba boca arriba y sin resuello (muerto).
Nada encuentra; se le mandó por agua a la mar, y se vino sin ella.
Maldiciones de becerro no llegan al cielo.
Esto va a acabar a estocadas.- Sí, a estocadas de cuadra.
A veces vale más «callar» por Dios, que «hablar» de Dios.
No quiero bufones; ya no los paga el Rey, porque no los quiere.
¡Toros! Sólo el aliento de los toros levanta un chichón.
Los niños en tortilla (muchos reunidos), no hay quien los aguante.
Ese no le pide a Dios que le dé dinero, sino que le ponga junto do lo haya.
Son como los de Fuente Ovejuna, todos van a una.
A ese no se le puede echar agua caliente (porque el pedernal basto salta).
A mí no me atan corto, que corto la soga.
La memoria juega conmigo al esconder.
Todos están ya sobredorados.
Se duerme sin temor de Dios (del que mal vive con cinismo).
Sí, como la fuente de la rana, que cuando llueve mana.
Anda que no te picará ningún bicho muerto.
Se agarran de un encalado (muro muy terso).
Confesión de tambor, absolución de pito.
Dios no ayuda con nada ajeno.
Cuando asiento mis pies en tierra firme no me los hace menear ni un terremoto.
Llórame pobre, y no me llores sólo.
Más torpe que una mano sin dedos.
Fulana, sabe a su casa, y no sabe de juntos.
Dime de lo que blasonas, te diré de lo que careces.
La justicia va en carreta, pero alcanza a todo el mundo.
Eso será en la semana de los cuatro jueves.
El que alabe a fulano no pone más que la boca.
Ese no tiene carmín en las mejillas (vergüenza).
Para merecer, es preciso padecer.
Un juez más derecho que el dedo de San Juan.
Vargas que tiene más gracia andando que el Obispo confirmando.
Quien tal falsedad dice, dice que no hay Dios.
A lo «justo» no llega nada.
El de lo alto (Dios), la tierra de la verdad (el cielo).
¡Qué delgado estás! ¿Estás estudiando para tabique?
¿Qué remozado está? Parece que lo han retocado.
Hay quien callando habla, y hablando calla.
Aquello era un jardín de virtudes.- No dejaría de haber alguna cabra coja, porque en todas partes las hay.
Al que quiera saber, poquito y al revés.
A los preguntadores, cortapisas y callar.
Ese tiene escalera de plata (tiene suerte).
Entre amigos no hay manteles.
La verdad en Dios, y la justicia en el cielo.
A un juez de palo que fuese, le daría la razón.
Nadie sabe lo que vale un merecido aquí y allí.
¿Lo vio usted? ¿Pues no lo había de ver? ¿Acaso tenía mis ojos en presidio?
El gazpacho del tío Sandoval, mucho caldo y poco pan.
Quiero confesar este año, no me suceda lo que el pasado, que me quedé en barbecho.
Para pronunciar su nombre es preciso agarrarse a una columna.
Sus hijos son tan feos que quitan el hipo.
Un tonto echa una piedra en un pozo, y cien discretos no la pueden sacar.
Tan delgada, que cabe holgada en una paja de centeno.
Con un «¡Dios, mío!» me acuesto, y con otro «¡Dios mío!» me levanto.
Venía hecha un toro de fuego.
No todos pueden vivir en la plaza.
Cuando le dan a uno las doce comiendo, alcanza la bendición del Papa.
Querer culpar a mi hijo es como querer arrancar los manteles a los altares.
Se debe dejar las cosas, velas en alto.
Cuando Dios extiende su mano alcanza a todas partes.
Más se lleva el diablo al cabo del año.
Quieres que sea como la medicina de Fernando, que desde la botica venía obrando.
¡Que vieja tan fea! Parece la que tuvo el candil la noche que se ahorcó Judas.
¿Qué hora es? Las todas (las doce).
Gracias, gracias, y me quedo con las ganas de darle a usted más.
Lo digo, y lo dijera con cien bocas que tuviera.
Le voy a dar una guantada de cuello vuelto. -Mire usted que le podrá salir caro. -Cinco duros (la multa).
Aceituna comida, hueso fuera.
El que no engorda comiendo, no engorda lamiendo.
La herramienta (la mano) es menester que coma.
-Guárdate de Fulano. -Su pellejo guarda al mío.
No sé que ha sido de él, ni hoja ni rama, no sé si lo tengo que honrar vivo, si lo tengo que honrar muerto.
El que no se siente de una mala razón, no se siente de una puñalada.
Como la guitarra es mía, toco por donde me parece.
Este año es borracho, y hemos de beber el agua sin bajarnos.
Las funciones de iglesia dan producto al alma y al cuerpo.
Eso es; o cien varas de nariz o cortarla de raíz.
Esos lagartos de oro veía correr a mi vera y no los podía coger.
Parece que va al cementerio por sus pies.
El que tiene sesenta se sienta.
-No es un caballero, es un rico. -Pues dígale usted al rico que en dando las doce cada uno come en su casa.
Eso es horroroso con cien erres.
El que no tiene padrino no se bautiza.
No hay libra de carne sin añadidura.
Tiene el resto en las uñas.
Entrome con la tuya, sálgome con la mía.
Allí, la mitad parecen tontos, y la mitad lo son.
Yo sé bajarles los jornales.
No se me ocurrió nada, me se apagó el candil.
No seré yo quien le ponga la silla a ese potro.
No entra en misa la campana y a todos llama.
No puede ni con una alforja llena de humo.
El que quiera saber que compre un viejo.
Usted no me saca de allí; ¡pues si un muerto es, y se necesitan cuatro!
Se murió y se llevó la llave de la despensa.
Sirve, porque hace de D. Juan, Juan y Juanillo.
Que se muela el trigo entre dos piedras.
No tenía que comer más que las uñas.
Nunca se han reunido los perros a pedradas.
¡Qué gañán! Ese va a engordar con las letras que se come.
Es tan largo como pelo de huevo.
De esto no hable usted mientras el cuerpo le haga sombra.
Está más perdido que un tapón.
Don Juan de Mena, ni palabra mala ni obra buena.
No hay cosa más socorrida que un día tras otro.
¡Jesús qué prisa! En diciendo melón, la tajada en la boca.
Los pinículos dicen siempre, a la corta o a la larga, que han comido con cuchara de palo.
Era entonces muy bruto, y ha continuado.
¡Qué mal año! Ni el Padre Santo podrá consagrar (no habrá trigo ni vino).
Ese es otro moro con otro garrote.
Poco me cuesta ponerle los calzones al jaco.
¡Mire usted eso! Parece una mentira detrás de una mata.
Guarda que comer y no que hacer.
Ese no cambia en ese pellejo.
Se lo diré con la boca de mi cara.
Verá usted como le mando un recadito que se mude, con tres luegos.
La madera que ha de servir para cruz no le entra polilla.
No abro aunque venga el lucero del alba con una torta en la mano.
¡Qué frío! Señor, sol y avispas aunque me piquen.
De las veinticuatro horas, veinticinco estaba borracho.
En diciendo yo una cosa, la firma el Rey.
Hijos criados, duelos doblados.
¿Cómo saliste con esta noche? No había otra.
Pues si por mis bolsillos corren ratones.
¿Dónde vas oveja loca? A ver si topa.
Quien dice la verdad, ni peca ni miente.
Tan hermosa que paraba al sol.
Si estás triste, cuélgate un cascabel en las narices.
Si el diablo no hubiese inventado la mentira, la hubieras inventado tú.
Para esos dolores no hay sino polvos de mayo y cáscaras de brevas.
Me eché las piernas al hombro y no quise ir.
Hasta que no briegue el tiempo no llueve.
El diablo está haciendo leña en el tajanal cuando tú no te estrenas.
Juan, ¿qué te duele? Todo lo que se llama Juan.
Dios tiene que dar más de lo que ha dado.
Ni Jesús pasó de la Cruz, ni yo paso de aquí.
Ese fuego es como la risa del negro, se apaga en un instante.
Sea el santo que fuese, «ora pro nobis».
Calla, calla, que no sabes por dónde le entra el coco a la haba.
Ese, bárbaro fue a Madrid, y bárbaro volvió a venir.
Ese no pasa de ocho cuartos, ni ha de llegar nunca a real.
No echo mangas largas, sino que cuento con lo que gano.
Sin un ochavo no se hace un real.
Es como el cura de Trebujena, que se murió de sentir penas ajenas.
Se ha criado tan sujeta como un cerrojo.
No tiene más luces que las del día.
Esa habla hasta debajo del agua.
Aquello va despeñado (atolondrado.)
Dios y su madre no quitan carnes, sino el hijo al nacer y la madre al morir.
Ese no tiene más luces que las del día.
Como no se tiene el tiempo en la mano.
-¿Cómo te va con tu suegra? -Cómo me ha de ir, una hubo de azúcar, y amargó.
Se veía como unas huertas.
No puedo ver a las gentes «relojeras» para el trabajo, y que sea menester pincharles como a los bueyes.
A mí no me quema más que la candela y el aguarrás.
Al que no quiera habas, tres guisos al día.
Yo tocarme la mantilla con una que tuviese nota, eso no. Con esas que una se junta que le dé y no le quite.
¡Ay! Que esto se me ha caído de la mano. ¿Quién me estará mentando? -«Mal cogido.»
Te he de querer mientras tenga Jesús la Cruz a cuestas.
¿Qué hago? Respirar por no ahogarte.
Eso no pega ni con cera ni con cerote.
Como moza de posada, mal comida, mal bebida y deshonrada.
Con esto se echó el ribete a la empanada.
El buey que me corneó, a buena parte me echó.
Es como la gente gañana, que lo que es hoy no es mañana.
Lo da de «don atrás» (se encumbra).
Como no tengo «hayal» (dinero), me llamo callar.
Echar crudo para que haya cocido.
¡Máquinas, malditas! Los brazos de los pobres son su caudal; en parándose, ¿qué será de ellos?
El hijo de la vecina por madrugar se halló un costal. -Más madrugó el que lo perdió.
-Dígame usted la verdad. -No señor; si la digo, me quedo sin ella.
La aseada de Jurguillos, que lavaba los huevos para freírlos.
Esa es de las que echó Santa Ana del carro abajo (es decir, que es cuajona y pava).
Es muy recatada; no es de las de puerta de calle y punto en calceta.
Está tan espesa la cebada, que no se puede «regender» con una espada.
Yo no entiendo de grajos pelados.
Estás más desgraciado que el tiesto de Inés, que se secó lloviendo.
Eres como la hierba en primavera, que crece de noche y de día.
En empezando a comer, era preciso silbarle para que parase.
Más fornido que un canto.
Si el niño llora, dejarle llorar que la boca es nueva.
Harto ruin es quien por lo suyo no vuelve.
A costa de su pellejo, Francisco Esteban fue guapo.
Mientras hay catas, hay embudos.
Eso ha de sonar más que las narices.
Era un pan de rosas; nunca se le oyó un malhaya.
Como usted, señor Vicente; pero cuidado que no reviente.
Parece tu cabeza una «pavea» de albejones.
A tu casa no lleves quien ojos tenga.
Aquello le sonó a campana cascada.
El real que guarda ciento es buen real.
Como la ballena, que todo le cabe y nada le llena.
Padre tengo, y lo tengo muerto.
He estado haciendo mi hacecillo de suya.
Lo que se calla se puede decir, lo que se dice no se puede callar.
La verdad no pierde por niña, ni la mentira gana por anciana.
Remienda tu sayo, y pasarás tu año.
Ya se vio; le pareció todo el monte orégano.
Al que cuece y amasa, no hay que venderle hogaza.
Hazme ciento y márrame una, y no me has hecho ninguna.
Tomó dos de luz y cuatro de traspón.
La gracia del peluquero es sacar rizos donde no nay pelo.
Es amigo de hacer honras de cuerpo presente.
¿Quieres retar a tu madre? Mira que «hija» eres y madre serás.
No grites; si fueses de alambre, habías de ser el mejor cencerro que hubiese en la campiña.
Ni a ti te luzca ni a mí me haga falta.
De lo contado come el lobo y anda gordo (por malas cuentas).
Tienes gañotes de calceta vieja.
Esos B., que son judíos, que es peor que ser negros, porque lo negro sale, pero lo judío se reverdece cada siete años.
Al pobre tío Juan se lo comen a cucharadas.
Dile que si eso dice le arrancaré la lengua y la campanilla.
Para hablar de mi hija es preciso que se enjuague la boca con agua de rosas.
¡Qué destruida está! No parece ni su prójimo.
Vestido de saya y el dinero en la caja.
¡Qué aseada es! Está su cocina que parece que no ha pecado.
Estamos en paz y jugando.
Este está aquí y en el infierno.
Tiene más ojos que un camaleón viejo.
Tenía la boca desplegada de reírme.
La familia del Dios Baco, padre, hijo y el Demonio.
Se le caen los calzones de hombre de bien.
Más bueno que el pan, y más pasado que la masa.
Cuerno y cuerna que son macho y hembra.
Estás como el milano, las alitas quebradas y el pico sano.
Es capaz de comerse la omnipotencia de Dios hecha pan.
-¿Pero qué hace? ¿En qué se emplea? -Tiene siete sesos, y los siete vacíos.
Tiene pestañitas de sombra.
No es tan muchacho, que ya ha rompido la casaca (cumplido el servicio militar).
Es buen hombre y mal sastre.
Yo seré tonta hasta donde me ha hecho Dios, pero no hasta donde me quieren hacer los hombres.
Es más feo que pegarle a Dios en Viernes Santo.
Tiene el oído en los pies.
El cielo se puso sus plumeros.
Señor, tanto pesa una libra de lona como una libra de oro.
Donde hay campanas hay de todo.
¡Dios mío! Este es el último escalón de la horca.
La gracia de Dios ha de salir (se sabrá la verdad).
Le vino tan bien como a un santo dos velas.
Padre, me acuso que soy carpintero. -Tarugo tenemos.
Las penas se me empalman.
Si como mientes corres, el demonio que te alcance.
Tres cosas hacen al campesino salir de su casa: procesiones, toros y personas reales.
No he pegado los ojos en toda la noche.¡Cómo los habías de pegar, si están por medio las narices!
La santa rosa ama las espinas, entre las que se cría.
¡Qué lenguas! Aquí, pronto le quitan la capa a San Juan, la camisa a San Sebastián y el pellejo a San Bartolomé.
¡Señales de agua! Todas marran. No hay más señal cierta que cuando le sudan los cuernos a los bueyes.
El perro del herrero, que no acudía a las martilladas y acudía a las mazadas.
Se casó con un desavío, pero fue porque si ella era negra, las pesetas eran blancas.
¿Qué cenaba el pobre? -Pan y pan.
Quilindón, quilindón; zapato de vara no gasta listón.
Quiero que me miren a la cara, y no a las manos.
Lo que ha de cantar el carro lo canta la carreta.
¡Tengo unas vísperas! (Presentimientos.)
Tener hijos es: nueve meses de enfermedad y toda la vida de convalecencia.
¡Razón! Esa la tiene todo el mundo; es lo más cuotidiano que hay, y anda tirada por el suelo.
Me dejó la cara llena de frente.
Más vivo y más ligero que un brinco.
Quien sangre nueva administra, la suya la tiene frita.
Ya esas (cosas viejas) van echando las obligaciones atrás.
Eso es como el milagro de Mahoma, que lo pusieron al sol y se quedó a la sombra.
Ese, si fuese sol, no alumbraría a nadie.
Ese botón, ¿es de casaca o de casacón?
Tan mansa y tan loge, que no es capaz de decirle zape al gato.
Ha quedado como barrido, desgastado y deslucido.
Estás como Juan Flor, que se curaba para estar mejor.
Conoce las letras, pero no las junta.
Ese entripado lo ha tenido cocido por dentro.
No pasé peine por cabeza, que no se quedara calva.
¡Qué delgada está! Y está bien, y come, pero parece que come relámpagos.
¡Anda! Un mal marido te entre por las puertas.
Siempre está en el campo como una cepa.
Sobre la quemadura, agua hirviendo.
Tiene la cabeza como rabadilla de gallo inglés.
Quiero ser tambor, pero ser el que toque mejor.
Al amigo se le acompaña hasta la puerta del infierno, y allí se le deja.
La carne, para el diablo; los huesos, para Dios.
Lo mismo es tu cuento que los perros pachones, que de feos hacen gracia.
Si el mar se casase se le quitaba la braveza.
Salí a la calle y avergoceme, y entré en mi casa y consoleme.
Esas son señoras injertadas.
Don Juan, la moneda es un gran señor.
Tome usted este pan, aunque es duro, que más vale Duranda que no Miranda.
Señor Corrín, que corriendo va, que siempre corriendo y nunca hace «naa».
Dios le ayude, y a nosotros no nos olvide.
No era más que para el «arache» y el «cavache» (arar y cavar).
El que da un mal rato, no lo espere bueno.
Viva la jaquita de Fosal, que hacía polvo en un lodazal.
Cada uno sabe sus penas, y Dios las de todos.
¡Qué chillones! Parecían huecos.
El que va por la ley, ¿quién le echa el arado atrás?
Ese, si lo apalean, echa bellotas.
Es fino como tafetán de albarda.
Si ahora le parece tarde, más tarde será mañana.
Parece andando un loro viejo.
Tenía la cama más dura que un arroyo.
Tan hermosa, que la envidia el día.
La cae la sombra de un coche.
Ahora, hasta los escarabajos empinan la cola.
Haré... Hombre, que se vea y no se diga.
Todo te se vuelve cerner y no echar harina.
Cogí el pendil y la media manta y me mudé.
Mientras hay Dios hay misericordia.
Hoy la hallas, y mañana la encontrarás falla.
Estás como tía Mai Miguel, que le daba vergüenza hasta de ser mujer de bien.
Sobre padre no hay compadre.
Pues si yo estoy como las ánimas benditas, siempre deseando que le den.
Mañana será de día, y verá el tuerto los espárragos.
Cuando viene a pelo, aunque la burra se caiga en el suelo.
Dios sabe el que le sirve.
Para decir el toro viene no es menester tantos arrempujones.
Conforme se murió se hizo el caudal tiras y gabanes.
Era cosa tan buena, que el rey la llamó de tú.
Adivinas y acertijos populares
Yo vi un toro bramar desde una nube.
Vi salir fuego de una cantimplora.
Vi salir agua, es cierto, de un arado.
Vi dos bueyes hablar a una señora.
Vi dos hombres comiéndose un caballo.
Vi unos perros jugando a la pelota.
Vi unos niños tragarse tres navíos.
Vi el alto mar de leche abastecido.
Vi una taza de cien codos.
Vi una torre que andaba por un prado.
Vi una vaca tocar la chirimía.
Vi un sacristán verdad, por vida mía.
1. Un tercero en este mundo
Dios le dio lo que pedía,
mas de un cuarto no pasó;
y al regocijo del cuarto,
se gastó más de un millón.
3. Una estancia abovedada,
repartido en dos hileras;
no son los más fuertes machos,
que son las más fuertes hembras;
está una mujer entre ellas
4. Cuando más chicos, más grandes;
cuando más grandes, más chicos.
5. Soy alguacil de las damas
6. Yo y mi hermana, diligente,
7. En Francia fuí fabricado,
siempre he sido pretendido.
si me sueltan, soy perdido.
8. Somos muchas compañeras,
que unidas y de un color,
gastamos de tres maneras,
aunque alguna tal cual vez
9. Es una red bien tejida,
y otros claman por entrar.
que muero y nace mi madre.
11. Di la muerte al concebir
12. La última soy en el cielo,
con Dios en tercer lugar,
me embarco siempre en navío,
14. Me llaman pan, sin ser pan.
y yo, puesto en un madero,
pienso de que fuí cordero,
mas no soy Dios ni soy pan.
15. Preñado dicen que estoy,
y aunque vestido no estoy,
muy grandes vidas mantengo.
16. Ayer era, hoy no soy,
17. ¿Quién fue el que no nació,
18. Mi ser por un punto empieza,
por un punto ha de acabar;
el que mi nombre acertare,
metida entre verdes lazos;
21. Justo me llaman, y doquier
nadie me quiere en su casa.
22. Dime, si eres entendido,
que ni tres son más que dos,
ni dos son menos que tres.
23. El boticario y su hija,
se comieron nueve huevos,
24. Dos son tres, si bien se advierte;
tres son cuatro, si se mira;
cuatro, seis, y de esta suerte,
seis son cuatro, sin mentira.
25. Un convento chiquitito;
las monjas son de marfil;
y más arriba la plaza del pensamiento.
26. El que la hace, la hace cantando;
el que la busca, la busca llorando;
el que la disfruta no la ve.
27. Al ver dos hombres que venían,
dos mujeres, una a otra, decían:
Allí vienen nuestros padres,
maridos de nuestras madres,
y nuestros propios maridos.
28. Más de veinte vecinos
29. Encerrada siempre estoy,
30. Limpio, claro, acrisolado
es mi ser, y aunque estoy muerto,
si lloran, hago lo «mesmo»,
en lo demás, estoy diestro.
31. En el cielo no lo hubo,
en la tierra se encontró,
Dios, con ser Dios, no lo tuvo,
y un hombre a Dios se lo dio.
mas a quien sigo no hay quien lo ataje
ni en el cielo, ni en la tierra,
ni en el agua, ni en el aire.
33. Quien la hace, no la quiere;
quien la ve, no la desea;
34. Sirvo al Rey y sirvo al Papa,
al con capa, al sin ella,
y no puedo pasar sin ella.
35. ¿Cuál es el hijo cruel
que a su madre despedaza,
y la madre con mil trazas
36. Con mí nadie está contento,
yo mismo visito al viejo,
y a mí me visita el mozo.
37. Dos buenas piernas tenemos
sin el hombre, que sin nosotros
38. En una cumbre me ponen
sirvo de guía a los hombres,
39. El enamorado esté advertido,
que queda dicho mi nombre
y el color de mi vestido.
40. Yo los sesos me devano
y en pensar me vuelvo loca,
41. Una serpiente feroz y ligera,
que nunca se aparta de su madriguera,
y que metida en su rincón
a muchos le causa su perdición.
42. Soy chica, y soy ligera,
y a pesar de esto, es muy cierto
tomarme un ratito en peso.
que una planta de la tierra,
de macho se vuelva hembra.
44. Yo me crío en Berbería
y me compran los cristianos,
si quieres saber mi nombre,
cuando me caigo en el suelo.
46. Príncipe fuí sin ser noble
de un Estado muy pequeño,
de predicar sin ser clérigo;
mi nombre lleva una silla,
donde me senté el primero.
47. ¿Quién es el ser infeliz
que hasta la gloria llegó,
48. ¿Qué cosa tiene el molino
49. Más alta que Dios subí,
y en el cielo y en la tierra,
nadie se encuentra sin mí.
50. Soy clara y espero yema.
y sin querer me la hallé,
52. Me hice un hombre de arte,
por mí el caudal más crecido,
53. Yo tengo una tía que quiero, y se llama
54. Estoy de día y de noche
siempre acortando las horas;
mira que no soy el tiempo.
55. En la ventana soy dama,
57. Hembra soy que por la posta
los hombres bastos y finos
me los dan por diversión.
58. Una salita entrelarga,
cinco muertos le acompañan
59. En medio del mar estoy,
no soy de Dios ni del mundo,
ni del infierno profundo,
nace mi todo y no sabe andar,
pero por doquier se pone a trepar.
61. ¿Qué cosa es la más sutil
62. Estudiantes que estudiasteis
que no tiene pecho y cría,
que a los vivos da sustento
y a los muertos da alegría?
63. Volando nací, señores,
para cernirme en el viento,
y después, andando el tiempo,
las cuales quedan impresas
y hablando van, y aunque mudas,
se expresan como discretas.
64. Vuelan sin que tengan alas,
dan sombra sin tener cuerpo,
matan sin hierro ni espada
65. Una cosa angosta y larga,
como varón soy muy dulce,
66. Soy consultor de las damas
ni en mentira me han cogido.
67. Cabra y leña me dio el ser
por no hacer lo que yo mando;
68. En Granada hay un convento
con muchas monjitas dentro,
que ni es de lana ni es helado.
70. ¿Quién es una hembra triste
muy secreta y reposada, de cuerpo y alma privada
que de negro siempre viste?
71. En continuo movimiento
siempre acortando la vida;
mira que no soy el tiempo.
72. En medio del cielo estoy
sin ser lucero ni estrella,
sin ser sol ni luna bella;
aciérteme usted quién soy.
hábito franciscano visto,
74. Un pastor vio en la montaña
lo que no vio el Rey en Castilla,
ni el Pontífice en su silla,
ni Dios con ser Dios lo vio.
75. A la inquisición llevaron
a una porción de sujetos,
y muertos que fueron estos,
y a otro año de ellos sacaron
al origen de sus pleitos.
76. Cinco compañeros juntos
sirvo al vivo y al difunto,
siempre en movimiento estoy,
por mandato de los hombres
a quien serví, no te asombres,
aun antes de ser quien soy.
la que a mí me desatienda.
78. Una dama que anda siempre
a una toma y a otra deja.
vicio la V. bien formada;
la G, guerra; la E, espada,
a unirlas como se advierte,
dicen estas letras: «Muerte,
vicio, espada, guerra y rayo».
¿Qué ingenio torpe e inmundo
¿No fuera más cierto y fijo
gloria, estrella y regocijo?»
82. Yo he visto un cuerpo sin alma
puesto al viento y al sereno
84. No soy cruz, ni voy al hombro;
y hablo con lengua de fuego.
85. Ya me llevan, ya me traen,
y es darme mayor tormento,
porque el fuego en que me abraso
86. De lejas tierras me traen
a servir a un gran señor,
y sus ministros me queman
87. De la iglesia mayor vengo
de ver el mundo al revés,
y el confesor a sus pies.
88. Soy huésped aborrecible
sino cuando ya me tienen.
89. Delgada, gruesa o mediana,
y con los ojos de un tuerto,
en la ciudad y en el huerto.
90. Palmo, palo y plomo soy,
que cuando quiero me marcho
sin tocar los pies en tierra.
91 Un hombre murió sin culpa
hasta que el nieto murió.
92. Soy redonda como el mundo;
clara que eso no se diga,
que mi propio nombre «escriba».
93. ¿Cuál será la muy mentada
que se halla al fin de la vida,
no halla en el mundo cabida
ni en el cielo tiene entrada,
que no se encuentra en los meses
y en la semana dos veces?
106. Sale de su sepultura
con la santa cruz a cuestas,
unas veces salva al hombre,
y otras, la vida le cuesta.
107. Yo tengo calor y frío,
108. Apellídanme Rey, y no tengo reino:
dicen que soy rubio, y no tengo pelo;
afirman que ando, y no me meneo;
relojes arreglo, sin ser relojero.
109. Cualesquiera que me viera
creerá que contra la iglesia
ni en obra, ni en pensamiento,
y estoy, por decreto humano,
condenado a fuego eterno.
y es para mí más tormento,
pues el fuego en que me abraso
110. Es santa, y no es bautizada,
111. Yo tengo nombre de santa,
y en mi hermosura y olor,
con la que es madre de Dios.
112. Un árbol con doce ramas,
cada nido, siete pájaros,
113. En medio del mar estoy y no me mojo,
en brasas me colocan y no me abraso,
en el aire me hallo y no me caigo,
sin que puedas echarme me tienes en tus brazos.
114. ¿Cuál es aquel asmastrote,
por cuyos costados entran
dos a dos, y tres a tres?
Dos cosas tiene de llave,
dos del juego de ajedrez,
tiene una de hombre armado,
115. Mil veces doy alegría,
y aunque saben que yo engaño,
116. Una dama muy delgada
117. ¿Cuál es el bicho feroz
118. Un cercado bien arado, bien binado,
y reja en él no ha entrado.
119. Verde me crié en el campo,
y ahora me visten de blanco
120. Vino cierto anciano un día,
me aseguró que en su nombre
un gran misterio hallaría;
en confusión me habéis puesto,
diré que en el primer verso
121. En tres meses ha parido
122. Muerdo al fuego, y el bocado
es daño y bien del mordido,
no vierte sangre el herido
aunque se ve acuchillado;
mas si es profunda la herida
causa al herido la muerte
y en la muerte está su vida.
123. ¿Cuál es la dama pulida,
Si son muchos porque asombre
en varón, y hay cierta ley
que habla por ella al rey
y la lleva cualquier hombre.
124. De colores muy galano,
soy bruto y no lo parezco;
perpetua prisión padezco,
si bien de razón carezco.
125. Un árbol que Dios crió
de los cielos a la tierra,
si no lo cortan de chico,
de macho se vuelve hembra.
126. Al volver por una esquina
me encontré con un convento;
las monjas vestían de blanco,
más arriba, dos ventanas;
donde pasean los polluelos.
me encontré un hombre sin brazos;
le hice el cuerpo pedazos.
128. Blanco como la leche,
129. Una dama de linda lindeza,
con doce galanes se sienta a la mesa;
uno la toma, otro la deja;
con todos se casa y queda doncella.
130. Alicol que no tiene col,
ni alas, ni pies, ni pico,
131. Yo vi venir a un hombre,
132. Ningún día fuí hija,
el príncipe que mis pechos críe
134. Vestido de fraile vengo,
traigo los hábitos blancos,
metido entre verdes ramas,
al servicio de estas damas;
136. Por inútil y por viejo,
me apartó el rey de su tropa,
total me quitó el manejo,
en pago de buen servicio.
137. Tan grande soy como el mundo,
cércote de ancho y profundo,
138. Una dama está en faldetas,
y al son de las castañuelas
las tripas le va sacando.
1. Carlos III y Carlos IV.
4. Chica borrachera y chico es medida de vino.
13. Las palabras que son 22.
16. Las deudas y las pagas.
22. Porque el dos tiene tres letras.
23. El médico estaba casado con la hija del boticario.
25. La boca, ojos y frente.
27. Dos que enviudaron y se casaron con sus respectivas hijas.
28. Las letras de imprenta.
32. El reloj y el tiempo.
34. La vasija de afeitar.
43. Espárrago y esparraguera.
51. Una espina que se hincó.
57. Las bolas del billar.
97. Choco o gibia (penado).
98. Notando las letras de que se componen las palabras.
99. Bellota, chaparro, encina.
103. El cuerpo y el alma.
105. El conejo comía hoy y lo mataron al día siguiente.
119. El cigarro de papel.
121. En el pueblo tres meses.
123. Las cartas y pliegos.
130. El coco de las habas.
133. El pelo que se corta de la cabeza.
135. El torno de las monjas.