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sábado, 11 de junio de 2011

Oraciones, relaciones y coplas infantiles









Oraciones, relaciones y coplas infantiles
L'ignorance manque de foi.
(A la ignorancia le falta la fe.)
M. Raymond.
Los hombres disipados y groseramente corrompidos se hallan menos apartados del reino de Dios que los filósofos soberbios y cuestionadores.Legns.- (Examen del Cristianismo).
La revelación ha sido dada para los sencillos de espíritu y de corazón, que creen porque «sienten» y no porque «saben».Carlos Nodier.
Ce sont les choses simples qui émeuvent le plus les coeurs profonds, et les esprits intélligents.Alexandre Dumas. (Las cosas sencillas son las que más conmueven a los corazones profundos y a los entendimientos inteligentes).



Máximas que repetía un excelente padre a sus hijos



Presencia de Dios.
Haz lo que hagas.
Busca a Dios en todas las cosas.
Los ojos en el cielo (al acostarte).
Aprende la mortificación, ahora que eres inocente.
No seas curioso sino para ser caritativo.
No disputes ni contigo mismo.
Huye de la distracción como de un grande enemigo.
Ociosidad... ni para descansar.
Busca los amigos entre los de tu estado.
Levántate temprano y tendrás buen humor.
El primer pensamiento para Dios (al levantarte).
Aprende a comer lo que no te gusta, y no busques con afán lo que te gusta.
Deja al mundo detrás de la puerta (al entrar en la iglesia).
Las revoluciones son la cobertura de la impiedad.
Todo lo que te sobra es de los pobres.
Piensa que todo lo que tienes de malo es tuyo, y lo que tienes de bueno, es de Dios.
No maltrates a los animales, que no pueden pedir consuelo para los que sufren.
No digas jamás haré, sino hago; ni iré, sino «voy».
No observes las faltas del prójimo, sino de sus buenas obras.
No mires lo que has andado, sino lo que te falta que andar.
No mires a los que están más alto, sino a los que están más abajo.
En verano piensa en los herreros, y en invierno, en los que recogen la nieve.
No quieras nada, y lo tendrás todo.
No dispongas del día de mañana.
La cera se derrite, y cada gota ¡quién sabe lo que vale! (Cuando tardaba en vestirse para ir al templo).
El callar es azúcar.
Aprovechar el tiempo, que vale el cielo.
No te afanes por gozar.



Oraciones y relaciones infantiles
La más corta y primitiva es la que en Valencia enseñan las madres a sus niños al levantarlos por la mañana de su cama, y llevándolos medio desnudos y aún medio dormidos, y arrodillándolos ante una imagen de la Señora del Amparo, y haciéndoles balbucear estas palabras:
¡Madre, pan!
Oración de la mañana

Bendita sea la luz del día
y el Señor, que nos la envía;
tenga usted muy buenos días.



Al acostarse

A acostarme voy, sola y sin compaña,
la Virgen María está junto a mi cama;
me dice de quedo: mi niña, reposa,
y no tengas miedo de ninguna cosa.



Otra

Señora Santa Ana,
de Cristo abuelita,
duérmeme en tus faldas,
que soy chiquitita.
Custodia mi sueño,
no dejes me aflija,
ni mal, ni desvelo,
ni la pesadilla.

Al irse a jugar ante una imagen de la Señora

Madre mía querida,
vuestra esclava soy,
con vuestra licencia
a jugar me voy,
Con vuestra mano bendita,
madre de mi corazón,
aunque soy pecadorcita,
echadme la bendición.

Después de comer

Bendito sea el Señor,
que nos ha dado de comer
sin merecerlo.
(Todos.) Amén.
Como nos da sus dones,
nos dé su gracia.
Amén.
Dios se lo dé
al pobrecito que no lo tiene.
Amén.




Al ser de la oración
El ángel del Señor anunció a María.
(Se reza un Ave-María).
Aquí está la esclava del Señor en mí según su palabra.
(Se reza otra Ave-María).
El hijo de Dios se hizo hombre, y habitó entre nosotros.
(Tercera Ave-María).
Recibid, Virgen María,
estas tres Ave-Marías
que esta tu esclava te envía.

La primera, por los que están en la agonía.
La segunda, por los que están en pecado mortal.
La tercera, por los que están en la mar o en peligros de la tierra.
Las pongo en las manos vuestras,
para que nos sean perdonados
nuestras culpas y pecados.
Amén.



Al oír la campanilla que anuncia el viático
(Un Padre Nuestro.)
En gracia te reciba el alma que te desea.
A toque de ánimas

Animas benditas fieles,
que en el Purgatorio estáis,
que amargas penas pasáis
y tormentos mil crueles;
el Señor que os redimió,
tenga por bien el llevaros
a la gloria que os ganó.

Al pasar el viático

Jesucristo va a salir;
yo por Dios quiero morir,
porque Dios murió por mí.
Los ángeles, cantan;
la Virgen, lo adora;
bendito el Señor
que sale a estas horas.

Antes de haber, cual existen hoy, colegios para las niñas, había «amigas», en las que sólo se enseñaba la doctrina cumplidamente, coser y bordar con perfección, leer y escribir.
Como la enseñanza era sencilla, así lo eran también las arenguitas que en los exámenes (a los que sólo asistían contadas personas) decían las niñas, en las que no brillaba el arte por cierto, sino la más completa sencillez.
Vamos a trasladar aquí algunas, aunque insignificantes, pero graciosas.
Téngase presente que las que hablan son oraderas de cuatro a seis años.
Aquí vengo no sé a qué,
con mi barba de conejo.
¡Ay! ¡Quién se comiera a un viejo
que fuese de mazapán!
¡Ahá! ¡Ahá!
Como soy tan chiquitita, ya no sé más.

Aquí vengo no sé a qué,
por darle gusto a mi abuela,
y que me digan las gentes,
anda, niña, que eres fea.
No digo que soy bonita,
ni que tengo garabato;
pero tengo un no sé qué,
que engatusa a más de cuatro.

Aunque me dicen mocosa,
tengo mi pelo peinado,
y lavadita mi cara;
tengo mi guiñar de ojos (los guiña),
tengo mi sacar de pata (saca el pie).
¿Y esta posturita es buena?
¿Y esta posturita es mala?
Pues más de cuatro quisieran
darme un besito en la cara.

Yo soy doña Ana de Chaves,
la de los ojos hundidos,
casada con tres maridos;
todos fueron capitanes;
murieron en las milicias.
Donde murieron mis padres
dejándome por herencia
manos blancas y ojos negros;
beso a usted las suyas, señor caballero.

Aquí vengo a no sé qué
la maestra lo ha mandado.
¡Ay! ¡Jesús! Que me ha costado,
¿no se lo dije yo a usted?,
un granito de pimienta.
También hace su papel,
perdone vuestra merced,
que como soy tan chiquitita,
mi relación también lo es.



Asuntos religiosos
Los Mandamientos

Alma, atiende y escucha
estos cantares,
porque corrección tengas
de tus maldades.
Observar diez preceptos
Dios ha mandado;
aquel que los guardare,
será premiado.

I

Sobre todas las cosas
has de quererlo,
ni por el mundo entero
has de ofenderlo.

II

Su santo nombre en vano
jurar prohíbe.
Con verdad y justicia,
sí, lo permite.

III

Santifica las fiestas
oyendo misa,
sin trabajar en cosa
por muy precisa.

IV

Honrar a padre y madre
también previene,
y ensalza a quien a todo
respeto tiene.

V

Si a alguno mal deseas,
o bien la muerte,
contra Dios has pecado
y gravemente.

IV

Que seas puro y casto,
te manda el sexto
en palabras, en obras
y en pensamientos.

VII

No quites nada a nadie,
porque lo hurtado
nunca luce, y lo mismo
lo mal ganado.

VIII

Al prójimo no trates
con falsedades,
mentiras, testimonios,
más con verdades.

IX

El que en mujer ajena
pone el deseo,
al Cielo y a su prójimo
ofende a un tiempo.

X

Ten siempre los sentidos
muy vigilantes,
para que el enemigo
no los contraste.
Caridad, fe, esperanza,
son los motivos
que hacen a Dios y al hombre
finos amigos.



Jesús al alma

Si dejarte yo tu cruz
es prueba de amor muy clara,
¿por qué llegas a afligirte,
como si yo no ye amara?
Aunque quieras tú dejarla5
esa cruz, juzgo que no,
¿pues a ayudarte a llevarla
cuándo me he negado yo?
Pues si a todos favorezco
y sus gemidos me inflaman,10
¡cuánto más yo compadezco
a aquellos que a mí me aman!
Si luego que el ser te di,
quise al cielo destinarte,
¿cómo he de dejar de amarte,15
si te crié para mí?
Si no dejé de llamarte
cuando de mí te apartabas,
ya que me buscas y alabas,
¿por qué no he de perdonarte?20
De que estás a mi cuidado
y no quiero condenarte,
la mayor prueba te he dado,
que fue morir por salvarte

Conversión de San Agustín

Por las orillas del mar,
según lo afirman diversos,
se paseaba Agustín,
confuso su entendimiento,
por la disputa de Ambrosio,5
sostenida en aquel tiempo.
Va imaginando entre sí,
y estas palabras diciendo:
«¿Es posible el creer yo,
»es posible creer esto:10
»Tres personas, sólo un Dios,
»sólo uno, y verdadero?
»Que así lo diga mi madre
»no me maravillo de eso,
»que palabras de mujer15
»las más se las lleva el viento.
»Pero que lo diga Ambrosio,
»hombre de tanto talento,
»eso causa admiración
»y en gran confusión me ha puesto».20
Estando en estas razones,
vio cerca a un niño muy bello,
el que con una conchita
sacaba del mar soberbio
agua, con la que llenaba25
un hoyito que había hecho.
«¡Cómo te estás regalando
»y te estás entreteniendo!
»¡Quién fuera como tú eres!
»¡Quién de tu edad y tu tiempo!30
»¡Qué pensamientos me angustian
»y turban mi entendimiento!
»Di, niño, ¿qué hacer pretendes?»
-Agotar el mar pretendo-
respondió el niño.
«Muy arduo35
»es, hijo mío, tu empeño.
»Mas te disculpa la edad,
»y no es mucho digas eso.
»Pero, niño, no te canses,
»es el hoyo muy pequeño,40
»las aguas del mar son muchas,
»y no lograrás tu intento».
Entonces respondió el niño:
«Más fácil es encerrarlas
»en aqueste hoyito estrecho,45
»que no de Dios las grandezas
»en humano entendimiento».
Y aquel niño se ausentó
tales palabras diciendo.
Entonces San Agustín:50
«No te vayas, niño bello,
»que me salvas con lo dicho,
»que basta para el discreto».



La oración del simple
Había una mujer muy buena y muy devota que tenía un hijo buenísimo, pero tan simple y falto de memoria, que nunca había podido aprender sino esta oración:
Señor mío Jesucristo,
dueño de mi corazón,
perdóname mis pecados,
que vos sabéis lo que son.
Todos a vos los confieso
con dolor y contrición;
oídme en penitencia,
leed en mi corazón,
y pues lo veis, traspasado,
echadme la absolución.

Siendo ya casi un hombre, su madre le llevó a confesar; pero examinado que fue por el confesor, este le dijo a la pobre que no podía confesarlo por ignorante y simple.
Madre e hijo se echaron a llorar amargamente al ver al segundo excluido del Santo Sacramento de la Eucaristía.
Mientras el sacerdote se había revestido para decir misa, vio sobre el altar un letrero, que desapareció tan luego que lo hubo leído, y que decía:
Absuelve a ese penitente, cuyo confesor he sido yo cada noche.



La pasión de Jesucristo
Explicada con las piezas de que se compone el arado
(7)
Del arado cantaré,
de piezas le iré formando,
y de la Pasión de Cristo,
misterios iré explicando.

La cama será la Cruz,5
la que Dios tuvo por cama.
El truhero que atraviesa
por el dental y la cama,
es el clavo que atraviesa
aquellas divinas palmas.10
La telera y la chaveta,
ambas a dos forman cruz;
consideremos, cristianos,
que en ella murió Jesús.
El timón que hace derecho,15
que así lo pide el arado,
significa la lanzada
que le atravesó el costado.
Las belortas son de hierro,
donde está todo el gobierno;20
significa la corona
de Jesús el Nazareno.
El yugo será el madero
donde a Cristo le amarraron,
y las sogas y cordeles25
con que le ataron las manos.
El barreno que atraviesa
la clavija del timón,
significa el que traspasa
los pies de Nuestro Señor.30
Los collares son las fajas
con que le tienen fajado;
los cencerros los clamores
cuando le están enterrando.
Las toparras que se encuentra35
el gañán cuando va arando,
nos significa las caídas
que dio Cristo hasta el Calvario.
El surco que el gañán lleva
por medio de aquel terreno,40
nos significa el camino
del Divino Nazareno.
El gañán es Cirineo,
el que a Cristo le ayudaba
a llevar la Santa Cruz45
de madera, tan pesada.
La semilla que derrama
el gañán por aquel suelo,
significará la sangre
de aquel Divino Cordero.50
Casados, que tenéis hijos
y habéis oído al arado,
atended a su crianza
y procurad enseñarlos.


Al Ecce-Homo

El lisonjero juez
que para su rey ha habido
por interés de su gracia
y por no perder su oficio.
En un balcón de su casa,5
azotado y escupido,
para que el pueblo le vea
puso al inocente Cristo.
Después de noche tan fiera,
amanece el sol teñido10
de sangre, y en vez de rayos,
puntas de juncos y espinos.
A las llagas de su cuerpo,
pegado un rojo vestido,
que también lo hicieran rojo15
si fuesen blancos armiños.
Veis aquí, les dice, el hombre
a quien desde el cielo dijo
con su voz el Padre Eterno:
«Este es mi hijo querido,20
»aquí le traigo enmendado».
¡Oh! ¡Qué extraño desatino!
Enmendar su hijo a Dios,
tan bueno y tan infinito.
Quita, quita, le responden25
viejos, mancebos y niños.
Muera, muera, muerte infame,
pues hijo de Dios se hizo.
¡Ay! ¡Jesús! Hijo de Dios,
que este nombre y apellido30
no lo tenéis vos hurtado,
pues sois igual con Dios mismo.
Virgen santa, decid vos
lo que el ángel os ha dicho,
y de Cristo los profetas35
dijeron por tantos siglos.
Y que ese preso azotado
es aquel que cuando niño
adoraron los tres reyes,
y le llevasteis a Egipto.40
Abonadle, Virgen bella,
decid que de Dios es hijo,
que puesto que sois mi madre,
bien valéis para testigo.
Abonada sois, Señora,45
todo el bien de vos nos vino,
bienaventurados os llaman
cuantos son, serán y han sido.
Decid vos que es el cordero,
Bautista, aunque sois su primo,50
que quien por verdades muere,
bien merece ser creído.
Decid, ángeles hermosos,
que este es el mismo que vimos
nacer de amor abrasado,55
aunque temblando de frío.
Decid Pedro, Juan y Diego,
que a su padre habéis oído,
que es su hijo, en el Tabor,
si el miedo os deja decirlo.60
Llegad presto, que dan voces
en aquel falso concilio,
para que la vida muera,
que es Dios sin fin y principio.
¡Ay! Virgen, mirad que quitan65
a un fiero ladrón los grillos,
y a Jesús ponen al cuello
la soga de mis delitos.
Paréceme que decir
gloria de los ojos míos,70
más quiere el mundo un ladrón
que a Vos, cordero divino.
Mientras le dan la sentencia,
almas con tristes suspiros,
decid a su Eterno Padre75
que se duela de su hijo.
Señor, aquí está el esclavo,
yo soy de la muerte digno,
pero está cerrado el cielo,
no querrá su padre oíros.80
Y más que si Vos causáis
su muerte, estará ofendido
de que habléis por su inocencia,
siendo el dueño del delito.
Volved a la Virgen Santa,85
y acompañad su martirio,
que también mata el dolor
donde no llega el cuchillo.

Relaciones religiosas

A la sombra de un olivo
está la Virgen María,
dándole el pecho a su niño,
y el niño no lo quería.
¿Dime, por qué lloras, niño,5
por qué lloras, alma mía?
-No lloro por los azotes,
ni por lo que me dolía;
lloro por los pecadores
que mueren todos los días,10
que el infierno ya esta lleno,
y la gloria está vacía.

La Virgen se está peinando
al pie de Sierra Morena,
los cabellos son de oro,15
la cinta de primavera.
Por allí pasó San Juan,
diciendo de esta manera:
¿Cómo no canta la blanca?
¿Cómo no canta la bella?20
-¿Cómo quieres que yo cante,
si me hallo en tierra ajena,
y un hijo que yo parí,
más blanco que una azucena,
me lo están crucificando25
en una cruz de madera?
Si me lo queréis bajar
aprisa, en una carrera,
a Nicomedes, a Juan
y a María Magdalena,30
también las otras Marías,
la Verónica con ellas,
y los dos santos varones
suban por una escalera,
y bajen a mi Jesús,35
mi norte, guía y estrella.

Santa Ana parió a María,
y María parió a Dios;
diga usted, ¿cuál de las dos
parió con más alegría?40
Unos dicen que Santa Ana,
y otros dicen que María.


Acto de amor compuesto por una monzja

Crucificado Amor,
en quien mi amor descansa,
cuando de amar las penas
me tienen más penada.
Crucificado Dueño5
de aquesta vil esclava,
que a honor de fiel esposa...
tu inmenso amor exalta.
Mansísimo Cordero,
que cuando más te ultrajan,10
sufriendo con silencio,
más tu inocencia clama.
Jesús, amado mío,
vida y bien de mi alma,
a quien mi amor redujo15
a ser blanco de infamias.
Cuando en la cruz te miro
entre mortales ansias,
de tres clavos pendiente,
vertiendo sangre tanta.20
La que ofreces amante
en cinco fuentes claras,
para regar la tierra
estéril de mi alma.
Cuando miro tu frente,25
de espinas taladrada,
y que tus ojos ciega
la sangre que los baña.
Cuando miro tus labios,
en quien la esposa santa30
quiso imprimir los suyos,
a fuer de enamorada.
Cárdenos, desunidos,
la sed que te aquejaba
de padecer, explican.35
¡Oh, Piedad Soberana!
Cuando así te contemplo,
lleno de angustias tantas,
y tu sagrado cuerpo
hecho todo una llaga.40
Si heridas te penetran
tus piadosas entrañas,
a mí herida me dejan
el corazón y el alma.
Herida de tu amor,45
herida y traspasada
de un ardiente deseo
de estar crucificada.
En la cruz con mi Cristo,
mi bien y mi esperanza,50
mi amor, mi rey y esposo
y centro de mis ansias.
¡Oh, mi Jesús benigno!
¡Quién se viese engolfada
en ese mar amargo55
y dulce a quien te ama!


Saetas de Semana Santa

Viendo Cristo que su muerte
se venía tan cercana,
llamó a su Madre prudente,
con discretas palabras,
se despidió de esta suerte:5
-Quedad con Dios, madre mía,
vuestra bendición espero,
porque ya es llegado el día
que enclavado en un madero,
se cumplan las profecías.10
También de mi padre espero
que me dé su bendición,
que voy a Jerusalén
a padecer mi pasión.
-Hijo, si te fuese grato,15
por ti padeciera yo
tu pasión por aliviarte.
-No. Madre; quedad con Dios,
que no puedo consolar
tal sentimiento y dolor.20
Llegó al huerto, hizo oración
por todos los que vivían,
y en santa contemplación,
gotas de sangre corrían
para nuestra redención.25
Por el pecador pedía,
entre angustias anegado,
en mortales agonías,
un ángel le ha confortado,
que el Padre Eterno le envía.30
Nuestro amado Redentor,
en quien se halla todo bien,
por el hombre pecador,
se acercó a Jerusalén,
conducido por su amor.35
Con una pompa imperial
va el humilde caminante,
para librarnos del mal
a Jerusalén triunfante
entró el pastor celestial.40
Puesto Jesús en la mesa,
el pan bendice, diciendo:
«Este es mi cuerpo», promesa
y gran milagro estupendo,
que al Serafín embelesa.45
Con el cáliz en la mano,
hizo igual ofrecimiento,
y sus labios soberanos
han dejado al Sacramento
para el bien de los cristianos.50
Ya le llevan al Calvario,
al son de ronca trompeta,
y el inicuo de Pilatos
le ha leído la sentencia.
La cruz le pone por cama55
aquella gente maligna,
y luego, por cabecera,
una corona de espinas.
El Sol se vistió de luto,
y la Luna se eclipsó,60
los elementos temblaron
cuando murió el Redentor.

Una corona le ponen
de espinas setenta y dos,
que le traspasan las sienes,65
y a su madre el corazón.

De tal manera lo vio,
que a San Juan le preguntó:
«¿Cuál de los tres es mi hijo,
»que no lo conozco yo?»70


Coplas de Noche-buena

De frío tiritando
Jesús niño está,
demostrando al mundo
su santa humildad.

Su tierna cabeza
quiere recostar
en un vil pesebre
do pajas están.

Los palacios deja,
porque quiere dar
al género humano
lección de humildad.

A grandes ciudades,
ved como no va,
prefiriendo a ellas
un pobre portal.

Almas puras, ¿qué os detiene
para venir con fervor
a los campos de Belén
a ver nacer esta flor?

Todos le llevan al niño,
yo no tengo qué llevarle;
le llevo mi corazón,
que le sirva de pañales.

Entre pajas nació Dios,
que tanto amó la pobreza.
Pues si el mismo Dios la amó,
¿quién de ser pobre se queja?

La Virgen María
su pelo tendió;
hizo una cadena
que al cielo llegó.

La Virgen María
va pisando nieve,
pudiendo pisar
rosas y claveles.

¡Viva la Virgen pura,
viva la Nazarena,
viva nuestra alegría,
viva la Nochebuena!

Los Reyes Magos vinieron
guiados por una estrella,
y yo, Señora, he venido
guiado por tu luz bella.

La Virgen va caminando
por los montes de Judea;
Santa Isabel la recibe
en su casa, placentera,
y San Juan Bautista,
que en su vientre estaba,
se hincó de rodillas,
y a Dios adoraba.

Refranes y máximas populares
Recogidos en los pueblos de campo
El que por necesidad juega, por necesidad pierde.
Hay muchos tunos de un mismo pelo.
Una mano lava la otra, y las dos la cara.
El que dispone de su caudal antes de su muerte, merece que le den con una porra en la frente.
Trabajo hecho marchante aguarda.
Lo que no se empieza no se acaba.
El vino sobrante es para el ayudante.
Predicar a niños, confesar a monjas y espulgar a perros es tiempo perdido.
A un alevoso, dos traidores.
Lo mismo da morir de moquillo que de garrotillo.
Si por beber no he de ver, adiós luz.
Ni Cristo pasó de la cruz, ni yo paso de aquí.
Los viejos son como los cuernos: duros, huecos y retorcidos.
Donde yeguas hay potros nacen.
Debajo de ceniza están las ascuas.
La peseta, la vela y el entierro, por donde quiera.
A la pesca y a la caza, cachaza.
En cama de galgos no busques mendrugos.
¡Qué buen pueblo de pesca si tuviera río!
No es zorra, ni lobo, ni anda el camino, pero bebe buen vino.
No hay mejor andar que no parar.
En un cortijo grande, el que es tonto se muere de hambre.
En el cortijo que no hay chiquichanca ni casero, el último lava el caldero.
Mientras descansas, machaca granzas.
Ese es maestro de todas las ciencias y oficial de cosa ninguna.
Después de vendimias, cuévanos.
Al zorro durmiente nunca le canta grillo en el vientre.
Tú, que no sabes, me das lecciones.
Al paño, con el palo, y a la seda con la mano.
Sin espuela y freno no hay caballo bueno.
Sácame de hora y no me saques de paso.
Se aplicó la vieja a los berros, y no dijo verdes ni secos.
Asno de muchos, lobos se lo comen.
Aunque no bebo en la taberna, huélgome en ella.
Aunque callo, piedras apaño.
Quien es ruin en su villa, también lo será en Sevilla.
Una cautela con otra se quiebra.
Ayunar o comer truchas.
Becerrita mansa, que de todas vacas mama.
Buena vida, padre y madre olvida.
Cántaro que muchas veces va a la fuente, deja el asa o la frente.
Derrama la harina y recoge la ceniza.
El campo fértil, si no descansa se hace estéril.
El mentir quiere memoria.
El que ha de morir a oscuras, aunque tenga el padre cerero.
En casa del tamborilero todos son danzantes.
Eso quiere la mona, piñoncitos mondados.
Estos cuidados no matan al rey.
Júntate con buenos, y serás uno de ellos.
Robar para dar por Dios.
La cabra de mi vecina da más leche que la mía.
La muerte no perdona ni al Rey, ni al Papa, ni al que no tiene capa.
La verdad adelgaza, pero no quiebra.
Lo bien ganado se lo lleva el diablo, y lo mal ganado, a ello y a su amo.
Los dedos de la mano no son iguales.
Más vale acostarse sin cenar que amanecer con deudas.
Paga lo que debes y sanarás del mal que tienes.
Mucho vale y poco cuesta, a mal hablar buena respuesta.
No es bueno para silla ni para albarda.
No extiendas la pierna más de lo que alcanza la manta.
No lo quiero, no lo quiero, pero échamelo en el sombrero.
Púsose a santiguar y se sacó un ojo.
Un solo golpe no derriba un roble.
Por tomar autos y dar traslados a ninguno han ahorcado.
Al que bueyes ha perdido, cencerros se le antojan.
Quien tiene dinero pinta panderos.
Quien recibe a dar se obliga.
Quien traza el mal, lo padece.
Riña por San Juan, paz para todo el año.
La pereza es llave de la pobreza.
Si el que bien sirve no medra, el que mal sirve ¿qué espera?
Si quieres holgura, sufre amargura.
Quien no sabe de mal no sabe de bien.
Si te da el pobre, es porque más tome.
Trasnochar y madrugar no caben en un costal.
Súfrase quien penas tiene, que tiempo tras tiempo viene.
Tiempo ni hora no se atan con soga.
Unos levantan la caza y otros la matan.
Siembra gratitud y recogerás desengaños.
Ni enfermo que siga así, así, ni guardar dinero en zaquizamí.
El burro que más trabaja, más pronto rompe el aparejo.
Ni volver de noche esquina, ni meterte en lo que hace la vecina.
No compres casa en esquina, ni cases con mujer que no entre en la cocina.
En muriendo el arriero se sabrá de quién es la recua.
Para destetar al potro, matar la yegua.
Si quieres saber quién es el chiquichanca, derrama el agua.
No hay mejor menguante que el hacha por delante.
Ni mujer, aunque mala, que no rece, ni saludar a pobre que enriquece.
Ni faltar al que te presta, ni subir corriendo escala o cuesta.
Ni a hombre que hablando mire al techo, ni en posada alguna usar el lecho.
Ni vestirse de prestado, ni tratar con moza de soldado.
Ni bajar corriendo la escalera, ni casarse con hija de mesonera.
Pan y queso, mesa puesta es.
Perdonar al malo es decirle que lo sea.
Para su mal supo la hormiga volar.
Por huir del humo dio en las brasas.
Puercos con frío y hombres con vino hacen gran ruido.
Cual es el varón, tal la oración.
Cual más, cual menos, toda la llana es pelos.
Cuando el dinero habla todos callan.
Cuando no aprovecha la fuerza, sirva la maña.
Quien abrojos siembra, espinas coge.
Cuando truena, llover quiere.
Quien come y deja, dos veces pone la mesa.
Donde grandes ollas quiebran, buenos cascos quedan.
Dime de lo que presumes, y te diré de lo que careces.
Dando gracias por agravios negocian los hombres sabios.
Para fiestas iba la zorra, y llevaba el jopo ardiendo.
El que mal come, a la cara le sale.
Beneficios a corporaciones, sufragios por condenados.
Guarda que comer y no qué hacer.
No eches pan a perro que se le cae la cola.
Al freír será el reír, y al pagar será el llorar.
Si quieres vivir en paz, ni prestes dinero ni interés en hermandad.
El que se mete debajo de la hoja, dos veces se moja.
Caracoles, higos y brevas, agua no bebas.
El que se come el queso y se bebe la leche, que le busque el pasto a las ovejas.
Deja el vicio por un mes, y él te dejará por tres.
El que nada desea, todo le sobra.
El que mucho teme, algo debe.
Ninguno que beba vino le llame borracho a otro.
Enero caliente, al diablo lleva en el vientre.
En febrero busca la sombra el perro, y en marzo, el perro y su amo.
El que tiene y da no está obligado a más.
El que da lo que ha menester, el diablo se ríe de él.
Amistad de yerno, sol de invierno.
El tío de la zamarra parece que se cae, pero se agarra.
Por los pies del difunto se sacan las albarcas.
Satisfacción sin tiempo, sospecha al canto.
A junta de rabanades, oveja muerta.
No por miedo de gorriones se deja de sembrar cañamones.
De tejas abajo, cada uno come de su trabajo.
El diablo, harto de carne, se metió a fraile.
El rosario en la mano y el diablo en la faldriquera.
No adoptes hijos que no has tenido ni mujer de otro marido.
Después de mujer maldita, hábito de Santa Rita.
No esta el horno para pasteles.
No hay más yesca que la que arde.
Vanidad y pobreza, todo en una pieza.
No puede con la fe de bautismo en palpeles.
A quien Dios se lo da, San Pedro se lo bendiga.
El que desea mal a su vecino, el suyo viene de camino.
Gato con guante no caza ratón.
Arriero que cambia la bota, o sabe a la pez o está rota.
En casa del regente, la mujer tengas por pariente.
Cuando la carreta se quiebra en el llano, de atrás le viene el daño.
Buena gente tiene el conde si no se esconde.
Caída soñada, sangría dada.
No te arrimes a señor ni a baranda de corredor.
De la viña del vecino sabe mejor el racimo.
El que crea un caudal no lo suele gastar.
Mesa puesta, cuestión resuelta.
Lo que hace la zorra en un año lo paga en una hora.
Si cuando chico come grano, ¿qué será cuando marrano?
Para ser pobre no se necesita empeño.
Ave que vuela, a la cazuela.
Que convenga, que no convenga, Dios quiere que todos tengan.
Cuando el sargento juega a los dados, ¿qué harán los soldados?
Chanzas, cuantas quieras; pero no llegar a las alforjas, que se desmigaja el pan.
La yesca de Triana, arde cuando le da la gana.
Más vale mal afeitado, que bien desollado.
Quien no coge la gotera, ha de hacer la casa entera.
No quiero morir de cornada de burro ni de patada de gorrión.
Tarde le viene la salud al enfermo.
Más vale dejar en muerte a un pillo un duro, que pedir en vida una peseta a un hombre de bien.
No es lo mismo decir moros vienen, que cátalos ahí.
Andar por las ramas sin irse al tronco.
Dure lo que dure como cuchara de pan.
De mis puntadas te reirás, pero de mi dinero comerás.
Dale alpiste al canario y verás cómo canta.
Dos pájaros en una espiga, hacen mala liga.
Al buen Diez, meterlo en casa.
De esto que nada nos cuesta, llenemos la cesta.
El buen paño, en el arca se vende.
El papel escrito no tiene empacho.
Lo que no se empieza, no se acaba.
Mal juzga del arte el que en él no tiene parte.
Quien a su enemigo popa, a sus manos muere.
Quien bien está, no se mueva.
El que tiene cuatro y gasta cinco, no ha menester bolsillo.
El que va a casar fuera de su lugar, o va engañado o va a engañar.
Quien huye del trabajo, huye del descanso.
Quien no habla, Dios no le oye.
Quien mucho duerme, poco medra.
Ya se murió el borrico y quien lo arrea.
Quien no tiene suegra ni cuñado, es bien casado.
Quien pronto se determina, pronto se arrepiente.
Quien promete, en deuda se mete.
Quien pueda ser libre, no se cautive.
El que no quiere cuando puede, cuando quiere no puede.
Quien sólo come su gallo, sólo ensilla su caballo.
Quien tiene bien comenzado, tiene mucho acabado.
Rábanos y queso, tienen la corte en peso.
Reniego de la viña que vuelve hacerse majuelo.
Reniego de la uva que en agraz madura.
Reniego de cuentas con parientes y deudos ausentes.
Reprender a viejos y espulgar vellón, dos necedades son.
Reprende vicios ajenos quien está lleno de ellos.
Rey y enamorado mal se compadecen.
Ruego de Rey, mandato es.
Salió del lodo y cayó en el arroyo.
Salamanca a unos sana y a otros manca.
San Miguel de las uvas, vienes tarde y poco duras.
Siempre prometes en duda, pues a dar nadie te ayuda.
Si quieres aprender a orar, entra en la mar.
Si quieres bien casar, casa con tu igual.
Si quieres buen consejo, pídeselo a hombre viejo.
Si quieres ser pobre sin sentir, lleva obreros y échate a dormir.
Si quieres tener buena fama, no te halle el sol en la cama.
Si las píldoras bien supieran, no las doraran por fuera.
Si quieres tener enemigos, presta dinero.
Tantas veces da la gota en la piedra, que hace mella en ella.
Todo se acaba menos el amor a Dios.
Amor y más amor, sólo a Dios Nuestro Señor.
Va el Rey donde puede y no donde quiere.
Venid piando y volveréis cantando.
Vístase a un palo y parecerá algo.
Una res mala a todo el rebaño daña.
Zorrilla que mucho tarda, caza aguarda.
Zamarra mala, dentro la lana, y zamarra buena, la lana por fuera.
Zumba con el desigual en casa y zumbará contigo en la plaza.
En la casa de razón sale primero el mayor.
Cosa de huerta no entra en cuenta.
De mala cepa, nunca buen sarmiento.
En ahogándose el niño, se ciega el pozo.
Al cazador, leña, y al leñador, caza.
Si la víbora viera y el liso oyera, no hubiera hombre que al campo saliera.
A buena voluntad nunca falta facultad.
A buen criado no le falta amo.
Cosa mal guardada de ladrones, bien robada.
Al que ha de dar no le bastan cien ojos.
Y al que ha de recibir le bastan dos.
El agua lejana no apaga fuego vecino.
Al humo, al agua y al fuego, se le hace lugar luego, luego.
Hay quien padece por necesidad; pero el rico avaro, por voluntad.
A un ciego mal puede enseñársele el camino.
A hombre gordo, camisa larga.
Al amigo de tu vino, no le quieras por vecino.
Quien asno nace, asno muere.
Quien bien cena, bien duerme.
Quien juega de burlas, pierde de veras.
El que limpia su caballo, no es lacayo.
Al que no quiere caldo, darle taza y media.
A largo camino, se conoce el hombre.
No hay miel sin hiel.
El amor reina sin ley.
Bando de pueblo dura un día.
Quien canta en viernes, llora en domingo.
El que compra a un magistrado, es fuerza que venda a la justicia.
El que cuenta sin Dios no sabe de cuentas.
A buen hambre no es menester salsas.
El buen trigo hace el pan bueno.
Cabeza grande, cerebro flaco.
Canta la rana que no tiene ni pelo ni lana.
Uno hace mal asiento.
Carne hace carne.
Vino hace sangre, y el pan mantiene.
El que a la guerra muchas veces va, deja la piel o la dejará.
Un diablo caza a otro y Satanás a todos.
Un buen consejo no se puede pagar.
Un barbero hace la barba a otro.
Un buen huir salva la vida.
Una onza de favor vale más que una libra de justicia.
Lo poco espanta y lo mucho amansa.
Más vale buena fama que cama dorada.
Adonde te quieren mucho no entres a menudo.
Ese se parece al perro de la Meca, que antes que le den se queja.
Cuando el lobo da en la dula, guay del que no tiene más que una.
Gobierna tu boca según tu bolsa.
Lo mismo es a cuestas que a hombros.
Sanan llagas y no malas palabras.
No hay caballo, por bueno que sea, que no tropiece.
Eso sucederá en la semana que no traiga viernes.
Al hierro caliente, batir de repente.
Buen abogado, mal vecino.
Si cantas al asno te responderá a coces.
No es tan pronta la cura como la herida.
Una pared blanca sirve al loco de carta.
Los locos hacen banquetes para los cuerdos.
Manos generosas, manos poderosas.
Nuevos Reyes, nuevas leyes.
Ni ausente sin culpa, ni presente sin disculpa.
No llevarán al asno al agua si no tiene gana.
Quien caminando lleva prisa, en camino llano tropieza.
La desconfianza aparta el engaño.
Más vale la salsa que los caracoles.
El lobo y la vulpeja son de una conseja.
Meter aguja y sacar reja.
Arco siempre armado, o flojo, o quebrado.
Achaques en viernes por comer de carne.
Malhechores y encubridores pagan por igual.
A la res vieja, aliviarle la reja.
Al malo por rigor y al bueno por amor.
Al que yerra perdonarle una vez, mas no después.
A mula vieja, cabeza nueva.
A pan duro, diente agudo.
Quien es de vida, el agua le es medicina.
A quien mucho tememos, mucho queremos.
A quien no le sobra el pan, no críe can.
Ayer vaquero y hoy caballero.
Barba a barba honra se cata.
El que a tu casa no va, de su casa te echa.
Bien baila el que la fortuna le hace el son.
Bien se huelga el lobo con la piel de la oveja.
Boca de hiel, corazón de hiel.
La buena mano del rocín hace caballo, y la mano ruin del caballo hace rocín.
Buen corazón quebranta mal aventura.
Buenas son mangas después de Pascuas.
Bueno es un pan con un pedazo.
Cada cuba huele al vino que tiene.
Cada carnero por un pie se cuelga.
Todos los días olla amarga el caldo.
Cada gallo canta en su muladar.
Eso es cantar mal y por fino.
Comida de hidalgos poca y manteles blancos.
Con pequeña brasa se quema una casa.
Dais por Dios al que tiene más que vos.
Desde la copa hay peligro hasta la boca.
De mañana en mañana pierde el carnero la lana.
Dios me dé contienda con quien me entienda.
Donde hay fuerza derecho se pierde.
Donde se piensa que hay tocino, no hay estacas.
Dulce es la guerra para el que no va a ella.
El bien aviva y el mal amortigua.
El tonto si es callado, por sesudo es reputado.
El hisopo del herrero, cuándo en el agua, cuándo en el fuego.
E que no duda no sabe cosa alguna.
El trigo y la mujer, al candil, parecen bien.
En casa de mujer rica, ella manda y ella grita.
Entre prometer y dar, tu hija has de casar.
Estorninos y pardales, todos quieren ser iguales.
Se fue el pájaro, y se quedó con las plumas.
La vanagloria florece, más no engrandece.
Ebro traidor, naces en Castilla y riegas a Aragón.
Hidalgo como el Rey, dinero no tanto.
Honra al bueno para que te honre y al malo para que no te deshonre.
Mujer hermosa, loca o presuntuosa.
La mujer y la gallina por andar se pierden aína.
La zorra no se anda a grillos.
Libre es la cabra del arado.
Lo que se aprende en la cima siempre dura.
Mal ajeno no cura mi dolor.
Más vale comprar que rogar a ruines.
Más vale amigo en plaza que dinero en casa.
Más vale vergüenza en cara que mancha en el corazón.
Mayor mal es el que se descubre que el que se cubre.
Mozo vergonzoso, el diablo lo lleva a palacio.
El Alfonso y vos Alfonso, ¿cuánto va de Alfonso a Alfonso?
Mucho prometer es señal de poco dar.
Mujer que habla latín, rara vez tiene buen fin.
No hay mejor cirujano que el acuchillado.
No con quien naces, sino con quien paces.
No sabe gobernar el que a todos quiere contentar.
Nunca de cuervo buen huevo.
Al que no tiene, el Rey le hace libre.
Quien viejo engorda, dos mocedades goza.
Son como las ovejas de San Pedro, que pagan unas por otras.
Donde pasaste tu mocedad, no lo dejes por mejorar.
Al que se convida le quitan la vida, y al que es haragán lo dejan descansar.
A la tórtola y al moral no los engaña el temporal.
Guarnición y crin dan venta al rocín.
El que quiera saber mentiras en él.
Ayúdate tú y Dios te ayudará.
Si vas a Beas pon tu capa donde la veas.
La mujer y la gata es de quien las trata.
Mi casa y mi hogar cien ducados valen.
Ese sabe lo que todo el mundo ignora e ignora lo que todo el mundo sabe.
Las faltas de los médicos las tapa la tierra.
El que en la juventud come sardinas, en la vejez le salen las espinas.
Nadie toca el tambor sino el que lo tiene.
No vive el leal más que lo que quiere el traidor.
Más vale camino largo que trocha corta.
Eso es como las plantillas de Guillenserren, que si no hacen mal no hacen bien.
Según es el penitente es menester absolverlo.
Ese médico es como el hijo del doctor Galeno, que al que no estaba malo lo ponía bueno.
La miel está buena, pero amarga la cera.
El que no caza no asa.
Como es el paño se compran los botones.
Según es el mesón, así son los huéspedes.
A tu gusto burro, y llevaba la carga a palos.
Esa mosca no aguarda el Rey que se la quite otro.
Encargos sin dinero, descanso de mi rocín.
El que quiera higos de Lepe, que trepe.
Lo que es del agua, el agua se lo lleva.
Un hoy, vale más que dos mañanas.
Desde que tengo ovejas, todos me dan los buenos días.
El que quiera ponerse rico con su carreta, que la guíe él mismo.
A cocina grasa, testamento magro.
Tanto cuesta mantener un vicio como criar dos hijos.
Las trampas llevan la mentira a cuestas.
Nunca es larga la Cuaresma para el que tiene que pagar en Pascua.
Una palabra deja caer una casa.
Se espera como agua en Mayo.
El que siembra poco, no puede esperar gran cosecha.
Más vale saliva de veterano que betún de quinto.
Los enemigos del hombre son tres: espuerta, alcuza y mujer.
El que no sirve para San Miguel, sirve para diablo a sus pies.
En casa de señorío no hagas nido.
Eso es como la lluvia, que por donde pasa moja.
Lodos en mayo, espigas en agosto.
En mayo frío ensancha tu silo.
En el mes de mayo deja la mosca al buey y toma al asno.
En el mes de mayo el mastín es galgo.
Agua por mayo, pan para todo el año.
Agua de mayo mata cochino de un año.
La mejor cepa en mayo me la echa.
Por Santa Cruz toda viña reluz (reluce).
Por San Urbano, el trigo ha hecho el grano.
Guarda pan para mayo y leña para abril.
En junio hoz en puño para lo seco, más no lo maduro.
El heno corto o largo, por junio ha de estar segado.
Cebada granada, a los ocho días segada.
Pocas veces escardar, pocas espigas al segar.
Ajo, ¿por que no fuistes bueno? Porque no me halló San Martín puesto.
Bendígate julio, pues mayo no pudo.
Desde San Bernabé, al centeno se le corta el pie.
El día de San Bernabé dijo el Sol aquí estaré.
Por la Magdalena recoge tu higuera.
Arada de agosto a la estercada da en rostro.
Agosto y vendimia no es cada día y sí cada año.
En agosto trilla el perezoso.
En agosto uvas y mosto.
Por Santa María ves a ver a tu viña, cuál la hallares tal la vendimia.
Por Santa María de agosto repasta la vaca un poco.
Por la de septiembre, aunque al vaquero le pese.
La primera lluvia de agosto apresura el mosto.
Por agua del cielo no dejes tu riego.
Por San Gil nogueras concluir.
Mes que entra con abad y sale con fraile, guárdale el aire (septiembre).
Septiembre, o lleva los puentes o seca las fuentes.
La viña donde se hiele, y la tierra donde se riegue.
Vendimia en enjuto cogerás vino puro.
Ni viña en bajo, ni trigo en cascajo.
Por San Mateo vendimian cuerdos y sandíos (sandios).
Agua por San Mateo, puercas vendimias y gordos borregos.
Por San Urbán vendimia tu nogal.
Por septiembre las gallinas vende, y por Navidad, vuélvelas a comprar.
En octubre podarás, mas la encina dejarás.
Por San Vicente toda el agua es simiente.
Por San Vicente abra la mano la simiente.
Cávame en polvo y víname en lodo, darte he vino hermoso.
Cávame que llore encavado, y bíname que cierna embinado.
Por San Lucas, azafrán a pellucas.
Por San Lucas mata tu puerco y tapa tus cubas.



Refranes agrícolas y observaciones meteorológicas
Saben bien los labradores los días en que la Iglesia rinde especial culto a los Santos, y de estos días se valen para fijar las épocas en que se deben practicar las faenas del campo; ¡hasta agricultor es en España el catolicismo!



Un labrador en pie es más que un grande arrodillado.
Enero mojado, bueno para el tiempo y malo para el ganado.
Enero y febrero comen más que Madrid y Toledo.
En enero, ni galgo liebrero ni halcón perdiguero.
De flor de enero nadie hinche el granero.
Pollo de enero, pluma o dinero.
(O se mueren o se venden caros.)
El mes de enero es como buen caballero.
(Como empieza acaba.)
Enero de muchos hielos, febrero de muchas hebras, marzo de molinas (aguas menudas), abril lluvioso y mayo ventoso, hacen el año florido y hermoso.
En febrero, un rato al sol, y otro...
Cuando llueve por febrero, todo el año ha tempero.
Cuando no llueve en febrero, no hay buen prado ni buen centeno.
Febrerillo el loco no pasó de veintiocho; sacó su padre al sol y después lo apaleó.
San Matías iguala las noches con los días.
Año de heladas, año de parvas.
Año de neblinas, año de hacinas.
Año de brevas, nunca lo veas.
Año de landres (bellotas), año de landres.
Año lluvioso, échate de codos.
En año bueno, el grano es heno, y en año malo, la paja es grano.
En menguante de enero corta tu madero.
Cuando por la Candelaria plora, frío fora.
En febrero mete tu obrero; pan te comerá, más buena obra te hará.
Por San Pablo riqueza en campo.
Tardes de marzo recoge tu ganado.
Boñiga de marzo, tira manchas cuatro, y boñiga de abril, tira manchas mil.
Paja y hierba para marzo la siega.
Sol de marzo hiere con mazo.
A quince de marzo da el sol en la sombría y canta la golondrina.
Niebla de marzo, agua en la mano.
Nieblas en alto, aguas en bajo.
En marzo poda el ricacho y en abril el ruin.
Cuando mayo marsea, mayo marsea.
Quien ara en abril, su madre no lo había de parir, y quien ara en mayo, ni parirlo ni criarlo.
Abril y mayo son la llave del año.
Entre abril y mayo, las harinas para todo el año.
En abril aguas mil, y en mayo tres o cuatro, y estas con recaudo.
Abril, frío, pan y vino.
En abril cada gota vale por mil.
Altas o bajas, en abril sean las Pascuas.
Enjambre de abril para mí, el de mayo para mi hermano.
Frío de abril a las peñas vaya a herir.
Al principio y al fin abril suele ser ruin.
Del garbanzo te sé contar, que por abril ni ha de estar nacido ni por sembrar.
Por San Marcos bogas a sacos.
Mayo hortelano, mucha paja y poco grano.
A lo tuyo, tú.
Aún no es vino, y ya es vinagre.
Grano de trigo no hace granero, pero ayuda a su compañero.
¿Dónde irá el buey que no are?
Hijos y pollos todos son pocos.
Quien en mayo se moja en mayo se seca.
Loca oveja la que al lobo se confiesa.
Cualesquier sementera tiene un día de sarpa.
Huerta sin agua, casa sin tejado, mujer sin amor y marido descuidado, son cuatro cosas que lleva el diablo.
No fíes, ni porfíes,
ni tomes, ni prestes,
y vivirás con sosiego entre las gentes.



Locuciones populares andaluzas
¿Viejas las cosas de Dios? Dios nace cada hora.
Dios está siempre en el mismo lugar.
Dios ni come, ni bebe, pero juzga lo que ve.
Está más alto que el «Inri».
Eso no lo arranca ni las tenazas de Nicodemo.
Sólo en el corazón de María Santísima cupo mayor dolor.
¿Cómo se llama? El dulce nombre (María).
Está mala, pero antes de morir se la llevan los ángeles al cielo.
Eso es mucho papel y poco tabaco.
Así paga el diablo a quien le sirve.
Quien no tiene calentura, no necesita médico.
Estaba boca arriba y sin resuello (muerto).
Nada encuentra; se le mandó por agua a la mar, y se vino sin ella.
Maldiciones de becerro no llegan al cielo.
Esto va a acabar a estocadas.- Sí, a estocadas de cuadra.
A veces vale más «callar» por Dios, que «hablar» de Dios.
No quiero bufones; ya no los paga el Rey, porque no los quiere.
¡Toros! Sólo el aliento de los toros levanta un chichón.
Los niños en tortilla (muchos reunidos), no hay quien los aguante.
Ese no le pide a Dios que le dé dinero, sino que le ponga junto do lo haya.
Son como los de Fuente Ovejuna, todos van a una.
A ese no se le puede echar agua caliente (porque el pedernal basto salta).
A mí no me atan corto, que corto la soga.
La memoria juega conmigo al esconder.
Todos están ya sobredorados.
Se duerme sin temor de Dios (del que mal vive con cinismo).
Sí, como la fuente de la rana, que cuando llueve mana.
Obra hecha, no espera.
Anda que no te picará ningún bicho muerto.
Se agarran de un encalado (muro muy terso).
Confesión de tambor, absolución de pito.
Dios no ayuda con nada ajeno.
Cuando asiento mis pies en tierra firme no me los hace menear ni un terremoto.
Llórame pobre, y no me llores sólo.
Come más que el río.
Más torpe que una mano sin dedos.
Fulana, sabe a su casa, y no sabe de juntos.
Dime de lo que blasonas, te diré de lo que careces.
La justicia va en carreta, pero alcanza a todo el mundo.
Eso será en la semana de los cuatro jueves.
El que alabe a fulano no pone más que la boca.
Ese no tiene carmín en las mejillas (vergüenza).
Para merecer, es preciso padecer.
Un juez más derecho que el dedo de San Juan.
Vargas que tiene más gracia andando que el Obispo confirmando.
Quien tal falsedad dice, dice que no hay Dios.
A lo «justo» no llega nada.
El de lo alto (Dios), la tierra de la verdad (el cielo).
¡Qué delgado estás! ¿Estás estudiando para tabique?
¿Qué remozado está? Parece que lo han retocado.
Oficio no mancha linaje.
Hay quien callando habla, y hablando calla.
Aquello era un jardín de virtudes.- No dejaría de haber alguna cabra coja, porque en todas partes las hay.
Al que quiera saber, poquito y al revés.
A los preguntadores, cortapisas y callar.
Ese tiene escalera de plata (tiene suerte).
Entre amigos no hay manteles.
La verdad en Dios, y la justicia en el cielo.
A un juez de palo que fuese, le daría la razón.
Nadie sabe lo que vale un merecido aquí y allí.
¿Lo vio usted? ¿Pues no lo había de ver? ¿Acaso tenía mis ojos en presidio?
El gazpacho del tío Sandoval, mucho caldo y poco pan.
Quiero confesar este año, no me suceda lo que el pasado, que me quedé en barbecho.
Para pronunciar su nombre es preciso agarrarse a una columna.
Sus hijos son tan feos que quitan el hipo.
Un tonto echa una piedra en un pozo, y cien discretos no la pueden sacar.
Ese ha corrido sin pies.
Tan delgada, que cabe holgada en una paja de centeno.
Con un «¡Dios, mío!» me acuesto, y con otro «¡Dios mío!» me levanto.
Venía hecha un toro de fuego.
No todos pueden vivir en la plaza.
Cuando le dan a uno las doce comiendo, alcanza la bendición del Papa.
Querer culpar a mi hijo es como querer arrancar los manteles a los altares.
Se debe dejar las cosas, velas en alto.
Cuando Dios extiende su mano alcanza a todas partes.
Más se lleva el diablo al cabo del año.
Quieres que sea como la medicina de Fernando, que desde la botica venía obrando.
¡Que vieja tan fea! Parece la que tuvo el candil la noche que se ahorcó Judas.
¿Qué hora es? Las todas (las doce).
Gracias, gracias, y me quedo con las ganas de darle a usted más.
Lo digo, y lo dijera con cien bocas que tuviera.
Le voy a dar una guantada de cuello vuelto. -Mire usted que le podrá salir caro. -Cinco duros (la multa).
Aceituna comida, hueso fuera.
El que no engorda comiendo, no engorda lamiendo.
La herramienta (la mano) es menester que coma.
-Guárdate de Fulano. -Su pellejo guarda al mío.
No sé que ha sido de él, ni hoja ni rama, no sé si lo tengo que honrar vivo, si lo tengo que honrar muerto.
El que no se siente de una mala razón, no se siente de una puñalada.
Como la guitarra es mía, toco por donde me parece.
Este año es borracho, y hemos de beber el agua sin bajarnos.
Las funciones de iglesia dan producto al alma y al cuerpo.
Eso es; o cien varas de nariz o cortarla de raíz.
Esos lagartos de oro veía correr a mi vera y no los podía coger.
Parece que va al cementerio por sus pies.
El que tiene sesenta se sienta.
-No es un caballero, es un rico. -Pues dígale usted al rico que en dando las doce cada uno come en su casa.
Eso es horroroso con cien erres.
El que no tiene padrino no se bautiza.
No hay libra de carne sin añadidura.
Tiene el resto en las uñas.
De buenos es honrar.
Entrome con la tuya, sálgome con la mía.
Allí, la mitad parecen tontos, y la mitad lo son.
Yo sé bajarles los jornales.
No se me ocurrió nada, me se apagó el candil.
No seré yo quien le ponga la silla a ese potro.
No entra en misa la campana y a todos llama.
No puede ni con una alforja llena de humo.
El que quiera saber que compre un viejo.
Usted no me saca de allí; ¡pues si un muerto es, y se necesitan cuatro!
Se murió y se llevó la llave de la despensa.
Sirve, porque hace de D. Juan, Juan y Juanillo.
Que se muela el trigo entre dos piedras.
No tenía que comer más que las uñas.
Nunca se han reunido los perros a pedradas.
¡Qué gañán! Ese va a engordar con las letras que se come.
Es tan largo como pelo de huevo.
De esto no hable usted mientras el cuerpo le haga sombra.
Está más perdido que un tapón.
Ahonda y sacarás agua.
Don Juan de Mena, ni palabra mala ni obra buena.
No hay cosa más socorrida que un día tras otro.
¡Jesús qué prisa! En diciendo melón, la tajada en la boca.
Los pinículos dicen siempre, a la corta o a la larga, que han comido con cuchara de palo.
Era entonces muy bruto, y ha continuado.
¡Qué mal año! Ni el Padre Santo podrá consagrar (no habrá trigo ni vino).
Ese es otro moro con otro garrote.
Poco me cuesta ponerle los calzones al jaco.
¡Mire usted eso! Parece una mentira detrás de una mata.
Guarda que comer y no que hacer.
Ese no cambia en ese pellejo.
Se lo diré con la boca de mi cara.
Verá usted como le mando un recadito que se mude, con tres luegos.
La madera que ha de servir para cruz no le entra polilla.
No abro aunque venga el lucero del alba con una torta en la mano.
¡Qué frío! Señor, sol y avispas aunque me piquen.
De las veinticuatro horas, veinticinco estaba borracho.
En diciendo yo una cosa, la firma el Rey.
Hijos criados, duelos doblados.
¿Cómo saliste con esta noche? No había otra.
Pues si por mis bolsillos corren ratones.
¿Dónde vas oveja loca? A ver si topa.
Quien dice la verdad, ni peca ni miente.
Tan hermosa que paraba al sol.
Si estás triste, cuélgate un cascabel en las narices.
Si el diablo no hubiese inventado la mentira, la hubieras inventado tú.
Para esos dolores no hay sino polvos de mayo y cáscaras de brevas.
La mentira anda barata.
Me eché las piernas al hombro y no quise ir.
Hasta que no briegue el tiempo no llueve.
El diablo está haciendo leña en el tajanal cuando tú no te estrenas.
Juan, ¿qué te duele? Todo lo que se llama Juan.
Dios tiene que dar más de lo que ha dado.
«Vecina-vocina».
Ni Jesús pasó de la Cruz, ni yo paso de aquí.
Ese fuego es como la risa del negro, se apaga en un instante.
Sea el santo que fuese, «ora pro nobis».
Calla, calla, que no sabes por dónde le entra el coco a la haba.
Ese, bárbaro fue a Madrid, y bárbaro volvió a venir.
Ese no pasa de ocho cuartos, ni ha de llegar nunca a real.
No echo mangas largas, sino que cuento con lo que gano.
No tanto queso como pan.
Sin un ochavo no se hace un real.
Es como el cura de Trebujena, que se murió de sentir penas ajenas.
Se ha criado tan sujeta como un cerrojo.
No tiene más luces que las del día.
Esa habla hasta debajo del agua.
Aquello va despeñado (atolondrado.)
Dios y su madre no quitan carnes, sino el hijo al nacer y la madre al morir.
Ese no tiene más luces que las del día.
Como no se tiene el tiempo en la mano.
-¿Cómo te va con tu suegra? -Cómo me ha de ir, una hubo de azúcar, y amargó.
Se veía como unas huertas.
No puedo ver a las gentes «relojeras» para el trabajo, y que sea menester pincharles como a los bueyes.
A mí no me quema más que la candela y el aguarrás.
Al que no quiera habas, tres guisos al día.
Yo tocarme la mantilla con una que tuviese nota, eso no. Con esas que una se junta que le dé y no le quite.
¡Ay! Que esto se me ha caído de la mano. ¿Quién me estará mentando? -«Mal cogido.»
Te he de querer mientras tenga Jesús la Cruz a cuestas.
¿Qué hago? Respirar por no ahogarte.
Eso no pega ni con cera ni con cerote.
Como moza de posada, mal comida, mal bebida y deshonrada.
Con esto se echó el ribete a la empanada.
El buey que me corneó, a buena parte me echó.
Es como la gente gañana, que lo que es hoy no es mañana.
Lo da de «don atrás» (se encumbra).
Como no tengo «hayal» (dinero), me llamo callar.
Echar crudo para que haya cocido.
¡Máquinas, malditas! Los brazos de los pobres son su caudal; en parándose, ¿qué será de ellos?
El hijo de la vecina por madrugar se halló un costal. -Más madrugó el que lo perdió.
-Dígame usted la verdad. -No señor; si la digo, me quedo sin ella.
La aseada de Jurguillos, que lavaba los huevos para freírlos.
Esa es de las que echó Santa Ana del carro abajo (es decir, que es cuajona y pava).
Es muy recatada; no es de las de puerta de calle y punto en calceta.
Está tan espesa la cebada, que no se puede «regender» con una espada.
Yo no entiendo de grajos pelados.
Estás más desgraciado que el tiesto de Inés, que se secó lloviendo.
Eres como la hierba en primavera, que crece de noche y de día.
En empezando a comer, era preciso silbarle para que parase.
Más fornido que un canto.
Si el niño llora, dejarle llorar que la boca es nueva.
Harto ruin es quien por lo suyo no vuelve.
A costa de su pellejo, Francisco Esteban fue guapo.
Mientras hay catas, hay embudos.
Eso ha de sonar más que las narices.
¡El demonio se pierda!
Era un pan de rosas; nunca se le oyó un malhaya.
Como usted, señor Vicente; pero cuidado que no reviente.
Parece tu cabeza una «pavea» de albejones.
A tu casa no lleves quien ojos tenga.
Aquello le sonó a campana cascada.
El real que guarda ciento es buen real.
Como la ballena, que todo le cabe y nada le llena.
Padre tengo, y lo tengo muerto.
He estado haciendo mi hacecillo de suya.
Lo que se calla se puede decir, lo que se dice no se puede callar.
La verdad no pierde por niña, ni la mentira gana por anciana.
Remienda tu sayo, y pasarás tu año.
Ya se vio; le pareció todo el monte orégano.
Al que cuece y amasa, no hay que venderle hogaza.
Hazme ciento y márrame una, y no me has hecho ninguna.
Tomó dos de luz y cuatro de traspón.
La gracia del peluquero es sacar rizos donde no nay pelo.
Es amigo de hacer honras de cuerpo presente.
¿Quieres retar a tu madre? Mira que «hija» eres y madre serás.
No grites; si fueses de alambre, habías de ser el mejor cencerro que hubiese en la campiña.
Ni a ti te luzca ni a mí me haga falta.
De lo contado come el lobo y anda gordo (por malas cuentas).
Tienes gañotes de calceta vieja.
Esos B., que son judíos, que es peor que ser negros, porque lo negro sale, pero lo judío se reverdece cada siete años.
Al pobre tío Juan se lo comen a cucharadas.
Dile que si eso dice le arrancaré la lengua y la campanilla.
Para hablar de mi hija es preciso que se enjuague la boca con agua de rosas.
¡Qué destruida está! No parece ni su prójimo.
Vestido de saya y el dinero en la caja.
¡Qué aseada es! Está su cocina que parece que no ha pecado.
Estamos en paz y jugando.
Este está aquí y en el infierno.
Tiene más ojos que un camaleón viejo.
Tenía la boca desplegada de reírme.
La familia del Dios Baco, padre, hijo y el Demonio.
Se le caen los calzones de hombre de bien.
Más bueno que el pan, y más pasado que la masa.
Cuerno y cuerna que son macho y hembra.
Estás como el milano, las alitas quebradas y el pico sano.
Es capaz de comerse la omnipotencia de Dios hecha pan.
-¿Pero qué hace? ¿En qué se emplea? -Tiene siete sesos, y los siete vacíos.
Tiene pestañitas de sombra.
No es tan muchacho, que ya ha rompido la casaca (cumplido el servicio militar).
Es buen hombre y mal sastre.
Yo seré tonta hasta donde me ha hecho Dios, pero no hasta donde me quieren hacer los hombres.
Es más feo que pegarle a Dios en Viernes Santo.
Tiene el oído en los pies.
El cielo se puso sus plumeros.
Señor, tanto pesa una libra de lona como una libra de oro.
Donde hay campanas hay de todo.
¡Dios mío! Este es el último escalón de la horca.
La gracia de Dios ha de salir (se sabrá la verdad).
Le vino tan bien como a un santo dos velas.
Padre, me acuso que soy carpintero. -Tarugo tenemos.
Las penas se me empalman.
Si como mientes corres, el demonio que te alcance.
Tres cosas hacen al campesino salir de su casa: procesiones, toros y personas reales.
No he pegado los ojos en toda la noche.¡Cómo los habías de pegar, si están por medio las narices!
El papel aguanta mucho.
La santa rosa ama las espinas, entre las que se cría.
¡Qué lenguas! Aquí, pronto le quitan la capa a San Juan, la camisa a San Sebastián y el pellejo a San Bartolomé.
¡Señales de agua! Todas marran. No hay más señal cierta que cuando le sudan los cuernos a los bueyes.
El perro del herrero, que no acudía a las martilladas y acudía a las mazadas.
Se casó con un desavío, pero fue porque si ella era negra, las pesetas eran blancas.
¿Qué cenaba el pobre? -Pan y pan.
Quilindón, quilindón; zapato de vara no gasta listón.
Quiero que me miren a la cara, y no a las manos.
Lo que ha de cantar el carro lo canta la carreta.
¡Tengo unas vísperas! (Presentimientos.)
Tener hijos es: nueve meses de enfermedad y toda la vida de convalecencia.
¡Razón! Esa la tiene todo el mundo; es lo más cuotidiano que hay, y anda tirada por el suelo.
El dinero se ha perdido.
Me dejó la cara llena de frente.
Más vivo y más ligero que un brinco.
Quien sangre nueva administra, la suya la tiene frita.
Ya esas (cosas viejas) van echando las obligaciones atrás.
Eso es como el milagro de Mahoma, que lo pusieron al sol y se quedó a la sombra.
Ese, si fuese sol, no alumbraría a nadie.
Ese botón, ¿es de casaca o de casacón?
Tan mansa y tan loge, que no es capaz de decirle zape al gato.
Ha quedado como barrido, desgastado y deslucido.
Estás como Juan Flor, que se curaba para estar mejor.
Conoce las letras, pero no las junta.
Ese entripado lo ha tenido cocido por dentro.
No pasé peine por cabeza, que no se quedara calva.
¡Qué delgada está! Y está bien, y come, pero parece que come relámpagos.
¡Anda! Un mal marido te entre por las puertas.
Siempre está en el campo como una cepa.
Sobre la quemadura, agua hirviendo.
Tiene la cabeza como rabadilla de gallo inglés.
Quiero ser tambor, pero ser el que toque mejor.
Al amigo se le acompaña hasta la puerta del infierno, y allí se le deja.
La carne, para el diablo; los huesos, para Dios.
Lo mismo es tu cuento que los perros pachones, que de feos hacen gracia.
Si el mar se casase se le quitaba la braveza.
Salí a la calle y avergoceme, y entré en mi casa y consoleme.
Esas son señoras injertadas.
Don Juan, la moneda es un gran señor.
Tome usted este pan, aunque es duro, que más vale Duranda que no Miranda.
Señor Corrín, que corriendo va, que siempre corriendo y nunca hace «naa».
Dios le ayude, y a nosotros no nos olvide.
No era más que para el «arache» y el «cavache» (arar y cavar).
El que da un mal rato, no lo espere bueno.
Viva la jaquita de Fosal, que hacía polvo en un lodazal.
Cada uno sabe sus penas, y Dios las de todos.
¡Qué chillones! Parecían huecos.
El que va por la ley, ¿quién le echa el arado atrás?
Ese, si lo apalean, echa bellotas.
Es fino como tafetán de albarda.
Si ahora le parece tarde, más tarde será mañana.
Parece andando un loro viejo.
Tenía la cama más dura que un arroyo.
Tan hermosa, que la envidia el día.
La cae la sombra de un coche.
Ahora, hasta los escarabajos empinan la cola.
Haré... Hombre, que se vea y no se diga.
Todo te se vuelve cerner y no echar harina.
Cogí el pendil y la media manta y me mudé.
Mientras hay Dios hay misericordia.
Hoy la hallas, y mañana la encontrarás falla.
Estás como tía Mai Miguel, que le daba vergüenza hasta de ser mujer de bien.
Sobre padre no hay compadre.
Pues si yo estoy como las ánimas benditas, siempre deseando que le den.
Mañana será de día, y verá el tuerto los espárragos.
Cuando viene a pelo, aunque la burra se caiga en el suelo.
Dios sabe el que le sirve.
Para decir el toro viene no es menester tantos arrempujones.
Conforme se murió se hizo el caudal tiras y gabanes.
Era cosa tan buena, que el rey la llamó de tú.



Adivinas y acertijos populares



Adivina
Yo vi un toro bramar desde una nube.
Vi salir fuego de una cantimplora.
Vi salir agua, es cierto, de un arado.
Vi dos bueyes hablar a una señora.
Vi dos hombres comiéndose un caballo.
Vi unos perros jugando a la pelota.
Vi unos niños tragarse tres navíos.
Vi el alto mar de leche abastecido.
Vi una taza de cien codos.
Vi una torre que andaba por un prado.
Vi una vaca tocar la chirimía.
Vi un sacristán verdad, por vida mía.



Acertijos populares
1. Un tercero en este mundo
a Dios limosna pidió;
Dios le dio lo que pedía,
mas de un cuarto no pasó;
y al regocijo del cuarto,
se gastó más de un millón.

2. De bronce el tallo,
las hojas de esmeralda,
de oro el fruto,
las flores de plata.

3. Una estancia abovedada,
donde el eco se recrea;
un batallón de soldados
repartido en dos hileras;
no son los más fuertes machos,
que son las más fuertes hembras;
está una mujer entre ellas
por parlanchinota presa.

4. Cuando más chicos, más grandes;
cuando más grandes, más chicos.

5. Soy alguacil de las damas
y ministro singular,
ando cargado de varas,
sin prender ni castigar.

6. Yo y mi hermana, diligente,
andamos por un compás,
con el pico por delante
y los ojos hacia atrás.

7. En Francia fuí fabricado,
en España soy vendido,
y con afán por las damas
siempre he sido pretendido.
Si me prenden, prendo;
si me sueltan, soy perdido.

8. Somos muchas compañeras,
que unidas y de un color,
gastamos de tres maneras,
aunque alguna tal cual vez
trastornamos la mollera.

9. Es una red bien tejida,
cuyos nudos no se ven,
y duran toda la vida.
En esta red de pescar,
unos claman por salir,
y otros claman por entrar.

10. En el aire me crié
sin generación de padre,
y soy de tal condición,
que muero y nace mi madre.

11. Di la muerte al concebir
al que me vino a buscar,
cuya muerte he de pagar
al tiempo de yo parir.

12. La última soy en el cielo,
con Dios en tercer lugar,
me embarco siempre en navío,
y nunca estoy en la mar.

13. Una, una y una,
una, dos y tres,
contaban dos amantes,
contaban veintitrés,
contaban dos amantes,
y no contaban cien.

14. Me llaman pan, sin ser pan.
tengo voces de alegría,
y me sacan en los días
de mayor celebridad;
de bofetadas me dan,
y yo, puesto en un madero,
pienso de que fuí cordero,
mas no soy Dios ni soy pan.

15. Preñado dicen que estoy,
y jamás a parir vengo;
lomos y cabeza tengo,
y aunque vestido no estoy,
muy grandes vidas mantengo.

16. Ayer era, hoy no soy,
ayer no era, hoy sí.

17. ¿Quién fue el que no nació,
y su madre se lo comió?

18. Mi ser por un punto empieza,
por un punto ha de acabar;
el que mi nombre acertare,
sólo dirá la mitad.

19. En el campo me crié,
metida entre verdes lazos;
aquel que llora por mí,
ese me hace pedazos.

20. Soy alto y hermoso,
ando a la ventura,
por do paso corto,
y coso sin costura.

21. Justo me llaman, y doquier
soy alabada sin tasa;
a todos parezco bien,
nadie me quiere en su casa.

22. Dime, si eres entendido,
esto cómo puede ser,
que ni tres son más que dos,
ni dos son menos que tres.

23. El boticario y su hija,
el médico y su mujer,
se comieron nueve huevos,
y les tocaron a tres.

24. Dos son tres, si bien se advierte;
tres son cuatro, si se mira;
cuatro, seis, y de esta suerte,
seis son cuatro, sin mentira.

25. Un convento chiquitito;
las monjas son de marfil;
más arriba dos ventanas
más arriba dos espejos,
y más arriba la plaza del pensamiento.

26. El que la hace, la hace cantando;
el que la busca, la busca llorando;
el que la disfruta no la ve.
¿Qué es?

27. Al ver dos hombres que venían,
dos mujeres, una a otra, decían:
Allí vienen nuestros padres,
maridos de nuestras madres,
padres de nuestros hijos
y nuestros propios maridos.

28. Más de veinte vecinos
en una sala,
los que nunca se juntan,
y nunca se hablan.

29. Encerrada siempre estoy,
en invierno y en verano,
y sólo me dejó ver
de médico y cirujano.

30. Limpio, claro, acrisolado
es mi ser, y aunque estoy muerto,
en toditas mis acciones
alma parece que tengo;
si se ríen, yo me río;
si lloran, hago lo «mesmo»,
sólo me falta el hablar;
en lo demás, estoy diestro.

31. En el cielo no lo hubo,
en la tierra se encontró,
Dios, con ser Dios, no lo tuvo,
y un hombre a Dios se lo dio.

32. De arena un grano
puede pararme,
mas a quien sigo no hay quien lo ataje
ni en el cielo, ni en la tierra,
ni en el agua, ni en el aire.

33. Quien la hace, no la quiere;
quien la ve, no la desea;
quien la goza, no la ve.

34. Sirvo al Rey y sirvo al Papa,
al con capa, al sin ella,
tengo una mella,
y no puedo pasar sin ella.

35. ¿Cuál es el hijo cruel
que a su madre despedaza,
y la madre con mil trazas
se lo va comiendo a él?

36. Con mí nadie está contento,
me rechazan con enojo;
yo mismo visito al viejo,
y a mí me visita el mozo.

37. Dos buenas piernas tenemos
y no podemos andar
sin el hombre, que sin nosotros
no se puede presentar.

38. En una cumbre me ponen
para que el aire me dé,
sirvo de guía a los hombres,
y me sostengo en un pie.

39. El enamorado esté advertido,
que queda dicho mi nombre
y el color de mi vestido.

40. Yo los sesos me devano
y en pensar me vuelvo loca,
la suegra de mi cuñada,
¿qué parentesco me toca?

41. Una serpiente feroz y ligera,
que nunca se aparta de su madriguera,
y que metida en su rincón
a muchos le causa su perdición.

42. Soy chica, y soy ligera,
y a pesar de esto, es muy cierto
que no puede ningún vivo
tomarme un ratito en peso.

43. Dime cómo podrá ser
que una planta de la tierra,
en dejándola crecer,
de macho se vuelva hembra.

44. Yo me crío en Berbería
y me compran los cristianos,
si quieres saber mi nombre,
asido estoy a tus manos.

45. Redonda como la bola
me mantengo por la cola,
tantos hijos como tengo,
a todos les doy corona,
y a mi amo pesadumbre
cuando me caigo en el suelo.

46. Príncipe fuí sin ser noble
de un Estado muy pequeño,
me concedieron poder
de predicar sin ser clérigo;
mi nombre lleva una silla,
donde me senté el primero.

47. ¿Quién es el ser infeliz
que hasta la gloria llegó,
y por querer subir más
para siempre se perdió?

48. ¿Qué cosa tiene el molino
precisa y no necesaria,
que no molerá sin ella,
y no le sirve de nada?

49. Más alta que Dios subí,
y en el cielo y en la tierra,
nadie se encuentra sin mí.

50. Soy clara y espero yema.

51. Iba yo por un camino
y sin querer me la hallé,
me puse a buscarla
y no la encontré;
y como no la hallé,
me la llevé.

52. Me hice un hombre de arte,
por mí el caudal más crecido,
a veces se desmorona;
yo de Reyes no he nacido
y tengo cuatro coronas.

53. Yo tengo una tía que quiero, y se llama
con nombre que a hombre
yo nunca aplicara,
porque desde luego
a mal lo tomara.

54. Estoy de día y de noche
en continuo movimiento,
siempre acortando las horas;
mira que no soy el tiempo.

55. En la ventana soy dama,
en el balcón soy señora,
en la mesa cortesana
y en el campo labradora.

56. Siempre quietas,
siempre inquietas,
durmiendo de día,
de noche despiertas.

57. Hembra soy que por la posta
ando diversos caminos,
los hombres bastos y finos
se divierten a mi costa.
En una prisión angosta
me meten sin compasión,
y todos estos tormentos
me los dan por diversión.

58. Una salita entrelarga,
en medio, una celosía;
cinco muertos le acompañan
y un vivo le da la vida.

59. En medio del mar estoy,
no soy de Dios ni del mundo,
ni del infierno profundo,
y en todas partes estoy.

60. Mi primera es madre
y nunca ha parido;
mi segunda, selva
que a nadie dio abrigo;
nace mi todo y no sabe andar,
pero por doquier se pone a trepar.

61. ¿Qué cosa es la más sutil
y penetra por doquier,
y se pone junto a mí
aunque lejos está de ti?

62. Estudiantes que estudiasteis
el libro de teología,
decidme, ¿cuál es el ave
que no tiene pecho y cría,
que a los vivos da sustento
y a los muertos da alegría?

63. Volando nací, señores,
para cernirme en el viento,
y después, andando el tiempo,
pobre me veo y desnudo.
Si alguna mano me ayuda,
lágrimas voy derramando,
las cuales quedan impresas
y hablando van, y aunque mudas,
se expresan como discretas.

64. Vuelan sin que tengan alas,
dan sombra sin tener cuerpo,
son ligeras o pesadas,
tímidas o deseadas,
matan sin hierro ni espada
y resucitan al muerto.

65. Una cosa angosta y larga,
como varón soy muy dulce,
como hembra soy amarga.

66. Soy consultor de las damas
y por ellas muy querido;
nunca hablo la verdad
ni en mentira me han cogido.

67. Cabra y leña me dio el ser
y sin ellas nada soy.
Sin pie caminando voy;
susténtome sin correr;
obedécenme temblando,
y muchos pierden la vida
por no hacer lo que yo mando;
mi amo no es caballero
y se llama como yo.

68. En Granada hay un convento
con muchas monjitas dentro,
con un velo tan delgado,
que ni es de lana ni es helado.

69. Verde se nace,
negro se crían,
y entra en la plaza
con fantasía.

70. ¿Quién es una hembra triste
muy secreta y reposada, de cuerpo y alma privada
que de negro siempre viste?

71. En continuo movimiento
estoy de noche y de día,
siempre acortando la vida;
mira que no soy el tiempo.

72. En medio del cielo estoy
sin ser lucero ni estrella,
sin ser sol ni luna bella;
aciérteme usted quién soy.

73. En el campo me crié
entre matas y lentiscos,
nunca zapatos calcé,
hábito franciscano visto,
dos martirios pasaré
pero no será por Cristo,
y así al cielo no iré.

74. Un pastor vio en la montaña
lo que no vio el Rey en Castilla,
ni el Pontífice en su silla,
ni Dios con ser Dios lo vio.

75. A la inquisición llevaron
a una porción de sujetos,
y muertos que fueron estos,
sus restos depositaron,
y a otro año de ellos sacaron
al origen de sus pleitos.

76. Cinco compañeros juntos
por lo regular vivimos,
y cuando nos dividimos
es para varios asuntos;
sirvo al vivo y al difunto,
siempre en movimiento estoy,
de una parte a otra voy
por mandato de los hombres
a quien serví, no te asombres,
aun antes de ser quien soy.

77. Añade a la letra B
el romper de una limeta,
y sabrás cómo se nombra
la que a mí me desatienda.

78. Una dama que anda siempre
por tejados y azoteas,
doce galanes rondan,
a una toma y a otra deja.

79. M. V. G. E. R.
(Anagrama.)
La M, muerte publica;
vicio la V. bien formada;
la G, guerra; la E, espada,
y la R, rayo indica.
De modo que si me ensayo
a unirlas como se advierte,
dicen estas letras: «Muerte,
vicio, espada, guerra y rayo».

¿Qué ingenio torpe e inmundo
mujer así disfrazó
y de tal modo ultrajó
la mejor cosa del mundo?
¿No fuera más cierto y fijo
que dejara descifrado
mujer, maravilla, vida,
gloria, estrella y regocijo?»

80. Es nada mi segunda,
y de tal modo,
que mi primera
viene a ser mi todo.

81. Agua bebo
porque agua no tengo;
si agua tuviera,
vino bebiera.

82. Yo he visto un cuerpo sin alma
dando voces sin cesar,
puesto al viento y al sereno
en ademán de bailar.

83. Salí de tierra
sin yo quererlo,
y maté a un hombre
sin yo saberlo.

84. No soy cruz, ni voy al hombro;
no soy Espíritu Santo,
y hablo con lengua de fuego.

85. Ya me llevan, ya me traen,
y es darme mayor tormento,
porque el fuego en que me abraso
arde con el movimiento.

86. De lejas tierras me traen
a servir a un gran señor,
y sus ministros me queman
sin la menor compasión.

87. De la iglesia mayor vengo
de ver el mundo al revés,
el penitente sentado
y el confesor a sus pies.

88. Soy huésped aborrecible
y nadie quiere tenerme,
mas no se acuerdan de mí
sino cuando ya me tienen.

89. Delgada, gruesa o mediana,
y con los ojos de un tuerto,
con las mujeres estoy
en la ciudad y en el huerto.

90. Palmo, palo y plomo soy,
y soy cosa tan ligera,
que cuando quiero me marcho
sin tocar los pies en tierra.

91 Un hombre murió sin culpa
cuya madre no nació,
la abuela quedó doncella
hasta que el nieto murió.

92. Soy redonda como el mundo;
clara que eso no se diga,
y me hacen de por fuerza
que mi propio nombre «escriba».

93. ¿Cuál será la muy mentada
que se halla al fin de la vida,
no halla en el mundo cabida
ni en el cielo tiene entrada,
que no se encuentra en los meses
y en la semana dos veces?

94. En mí trabajan
mujeres y hombres:
ellos me muelen
ellas me escogen; (8)

comer un conejo hoy
y que se mate mañana.

106. Sale de su sepultura
con la santa cruz a cuestas,
unas veces salva al hombre,
y otras, la vida le cuesta.

107. Yo tengo calor y frío,
y no frío sin calor.

108. Apellídanme Rey, y no tengo reino:
dicen que soy rubio, y no tengo pelo;
afirman que ando, y no me meneo;
relojes arreglo, sin ser relojero.

109. Cualesquiera que me viera
entre cadenas metido,
creerá que contra la iglesia
algún mal he cometido.
Pues jamás cometí daño,
ni en obra, ni en pensamiento,
y estoy, por decreto humano,
condenado a fuego eterno.
Suélenme sacar al aire,
y es para mí más tormento,
pues el fuego en que me abraso
crece con el movimiento.

110. Es santa, y no es bautizada,
y trae consigo el día,
gorda es y colorada
y tiene la sangre fría.

111. Yo tengo nombre de santa,
y en mi hermosura y olor,
merezco ser comparada
con la que es madre de Dios.

112. Un árbol con doce ramas,
cada una tiene un nido,
cada nido, siete pájaros,
y cada cual su apellido.

113. En medio del mar estoy y no me mojo,
en brasas me colocan y no me abraso,
en el aire me hallo y no me caigo,
sin que puedas echarme me tienes en tus brazos.

114. ¿Cuál es aquel asmastrote,
ídolo de la mujer,
por cuyos costados entran
dos a dos, y tres a tres?
Dos cosas tiene de llave,
y de Fortuna una y tres,
dos del juego de ajedrez,
tiene una de hombre armado,
y otra que si le falta
ya no se puede mover.

115. Mil veces doy alegría,
y otras mil causo dolor,
y aunque saben que yo engaño,
todos me tienen amor.

116. Una dama muy delgada
y de palidez mortal,
que se alegra y reanima
cuando la van a quemar.

117. ¿Cuál es el bicho feroz
que anda sin tener pies,
con las alas arrastrando
y el espinazo al revés?

118. Un cercado bien arado, bien binado,
y reja en él no ha entrado.

119. Verde me crié en el campo,
negra fue mi mocedad,
y ahora me visten de blanco
para llevarme a quemar.

120. Vino cierto anciano un día,
y ufano con su valía,
me aseguró que en su nombre
un gran misterio hallaría;
en confusión me habéis puesto,
diga hermano la verdad;
diré que en el primer verso
la veréis con claridad.

121. En tres meses ha parido
una casada tres veces,
y cada preñado ha sido
de cabales nueve meses.

122. Muerdo al fuego, y el bocado
es daño y bien del mordido,
no vierte sangre el herido
aunque se ve acuchillado;
mas si es profunda la herida
por mano que no acierte,
causa al herido la muerte
y en la muerte está su vida.

123. ¿Cuál es la dama pulida,
aseada y bien compuesta,
temerosa o atrevida,
pudorosa o descompuesta,
y gustosa o desabrida?
Si son muchos porque asombre
muda de mujer el nombre
en varón, y hay cierta ley
que habla por ella al rey
y la lleva cualquier hombre.

124. De colores muy galano,
soy bruto y no lo parezco;
perpetua prisión padezco,
uso de lenguaje humano,
si bien de razón carezco.

125. Un árbol que Dios crió
de los cielos a la tierra,
si no lo cortan de chico,
de macho se vuelve hembra.

126. Al volver por una esquina
me encontré con un convento;
las monjas vestían de blanco,
la abadesa, de pellejo;
más arriba, dos ventanas;
más arriba, dos espejos.
más arriba, una plazuela
donde pasean los polluelos.

127. Fui al campo,
me encontré un hombre sin brazos;
por sacarle el corazón,
le hice el cuerpo pedazos.

128. Blanco como la leche,
negra como la pez,
habla sin tener lengua,
anda sin tener pies.

129. Una dama de linda lindeza,
con doce galanes se sienta a la mesa;
uno la toma, otro la deja;
con todos se casa y queda doncella.

130. Alicol que no tiene col,
ni alas, ni pies, ni pico,
y su hijo alicantico,
tiene alas, pies y pico.

131. Yo vi venir a un hombre,
un estudiante juró
que venía de comer
lo que Dios nunca crió.

132. Ningún día fuí hija,
ahora soy madre,
el príncipe que mis pechos críe
es marido de mi madre;
acertarla, caballeros,
si no dadme a mi padre.

133. Fui al campo,
corté un bastón,
cortarlo pude,
rajarlo no.

134. Vestido de fraile vengo,
a ver al padre prior,
traigo los hábitos blancos,
y amarillo el corazón.

135. En el campo me crié
metido entre verdes ramas,
y ahora me veo aquí
al servicio de estas damas;
ellas me dan de comer
y yo no les pido nada.

136. Por inútil y por viejo,
me apartó el rey de su tropa,
y sin darme pres ni ropa
total me quitó el manejo,
dejándome boca abajo,
en pago de buen servicio.

137. Tan grande soy como el mundo,
y con todo, no me ves;
tiénenme por vagamundo,
cércote de ancho y profundo,
todo de cabeza a pies.

138. Una dama está en faldetas,
un galán está bailando,
y al son de las castañuelas
las tripas le va sacando.



Soluciones
1. Carlos III y Carlos IV.
2. Naranjo.
3. Boca y lengua.
4. Chica borrachera y chico es medida de vino.
5. Abanico.
6. Tijeras.
7. Alfiler.
8. Uvas.
9. Matrimonio.
10. La nieve.
11. La víbora.
12. La letra O.
13. Las palabras que son 22.
14. La pandereta.
15. El monte.
16. Las deudas y las pagas.
17. Adán.
18. La media.
19. La cebolla.
20. El navío.
21. La justicia.
22. Porque el dos tiene tres letras.
23. El médico estaba casado con la hija del boticario.
24. Las letras.
25. La boca, ojos y frente.
26. La caja.
27. Dos que enviudaron y se casaron con sus respectivas hijas.
28. Las letras de imprenta.
29. La cañería.
30. El espejo.
31. El bautismo.
32. El reloj y el tiempo.
33. Las cejas.
34. La vasija de afeitar.
35. Arados.
36. La enfermedad.
37. Los pantalones.
38. Veleta.
39. Elena-morado.
40. Madre.
41. Las lenguas.
42. El ascua.
43. Espárrago y esparraguera.
44. La palma.
45. La granada.
46. San Pedro.
47. Lucifer.
48. El ruido.
49. La cruz.
50. Agua bendita.
51. Una espina que se hincó.
52. Naipes y baraja.
53. Barbero.
54. Reloj.
55. El agua.
56. Las estrellas.
57. Las bolas del billar.
58. La guitarra.
59. La letra A.
6o. La madre-selva.
61. Pensamiento.
62. La abeja.
63. La pluma.
64. Las nubes.
65. Río y ría.
66. Espejo.
67. Tambor.
68. Granada.
69. Bastón de alcalde.
70. La noche.
71. Reloj.
72. La letra E.
73. El conejo.
74. Su semejante.
75. Uvas y vino.
76. Papel, cuadernillo.
77. Beatriz.
78. La lima.
79. La mujer.
80. Aguacero.
81. Molinero.
82. La campana.
83. La bala.
84. La escopeta.
85. El incensario.
86. Incensario.
87. El lavatorio.
88. El hambre.
89. La aguja.
90. Las palomas.
91. Abel.
92. La criba.
93. La letra A.
94. El pan.
95. Cabrillas.
96. Grillo.
97. Choco o gibia (penado).
98. Notando las letras de que se componen las palabras.
99. Bellota, chaparro, encina.
100. El reloj.
101. La pera.
102. La bandera.
103. El cuerpo y el alma.
104. La onza de oro.
105. El conejo comía hoy y lo mataron al día siguiente.
106. Espada.
107. La sartén.
108. Sol.
109. El incensario.
110. Sandía.
111. Rosa.
112. El año.
113. La letra A.
114. Coche.
115. Sueño.
116. Vela.
117. El vapor.
118. El tejado.
119. El cigarro de papel.
120. Vino.
121. En el pueblo tres meses.
122. La espaviladera.
123. Las cartas y pliegos.
124. El papagayo.
125. El espárrago.
126. La cara.
127. El palmito.
128. La carta.
129. La botella de vino.
130. El coco de las habas.
131. Las hostias.
132. La caridad romana.
133. El pelo que se corta de la cabeza.
134. El huevo.
135. El torno de las monjas.
136. El cañón.
137. El aire.
138. La rueca.